Fettuccine Alfredo Di Lelio. Pasta Alfredo. koketo

La salsa Alfredo tiene ese «qué sé yo» que enamora. Este artículo os descubrirá cómo una feliz pareja sello su amor disfrutando de este famoso aderezo que suele acompañar a la pasta fettuccine.

Índice

  1. La salsa Alfredo lleva el nombre de su creador.
  2. Una digievolución de un clásico: fettuccine al burro.
  3. La acción de marketing que impulsó a la salsa Alfredo: Los cubiertos de oro.
  4. Receta Fettuccine Alfredo
    1. Ingredientes.
    2. Elaboración.

La salsa Alfredo lleva el nombre de su creador

A principios del siglo XX, concretamente en 1907, Alfredo Di Lelio regentaba un pequeño local en la bella Roma (Italia). Ubicado en la Piazza Augusto Imperatore, dirigido por su madre Angelina. Se trataba de una posada tradicional en el centro histórico de la capital.

Este cocinero reconocido por su frondoso y espeso bigote servía platos de sencilla elaboración, pero de gran impacto visual. Posiblemente influido por la tendencia contemporánea de los futuristas italianos, un movimiento cultural que buscaba «dinamitar la tradición, el pasado y la anquilosada concepción del arte clásico». Por supuesto también infectó benévolamente a la gastronomía.

«Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias y combatir el moralismo, el feminismo y todas las demás cobardías oportunistas y utilitarias«

Fettuccine Alfredo Di Lelio. Pasta Alfredo. koketo

Sin embargo, Alfredo no sucumbió a uno de los principios de estos nihilistas de la tradición, pues uno de sus preceptos era: «la abolición de la pasta, absurda religión gastronómica italiana. Las pastas, aunque sean agradables al paladar, son un alimento «pasatista» porque engordan, porque embrutecen, porque su poder nutritivo es ilusorio, porque os vuelven escépticos, lentos, pesimistas».

Afortunadamente Alfredo se limitó a hacer propios las nuevas tendencias como dar mayor plasticidad a sus creaciones y que entraran por los ojos, aportando teatralidad al emplatado y buscando nuevas creaciones que excitaran tanto los ojos como la boca.

Una digievolución de un clásico: fettuccine al burro

Fettuccine Alfredo Di Lelio. Pasta Alfredo. koketo

Cuentan que la persona que motivó a Alfredo a crear este plato fue su mujer Inés. Tras dar a luz a su primogénito Armando sufrió una alarmante pérdida de apetito, manteniéndose postrada en cama, de esta forma se vio en la obligación de preparar una receta muy suculenta y a la vez nutritiva.

Decidó acudir al recetario tradicional y modificar uno de los platos típicos: «el fettuccine al burro» pasta con mantequilla (posiblemente en su simplicidad esté el éxito de este plato). Para incentivar la vista y las papilas gustativas de su esposa jugaba con la elaboración pues lo hacía abandonando la cocina con la pasta al dente y en la mesa terminaba el plato poniendo los trocitos de mantequilla, casi el triple de la que lleva la receta clásica y mezclándolos ante los ojos de la dama con sus manos, junto con un buen parmesano rallado, todo ello acompañado por un cantante, suponemos que sería un tenor y la dramática sonoridad de un violín.

Inés sucumbió al encantador plato de su pareja y le incentivó a que lo pusiera en la carta. Así nació la leyenda pero necesitaba algo de mercadotecnia y aquí le ayudo Hollywood.

La Piazza desapareció en 1910 tras la construcción de la Galleria Colonna / Sordi y  Alfredo di Lelio abrió su restaurante «Alfredo» en el número 104 de la calle Scrofa en el año 1914 que mantuvo hasta la guerra, vendiendo el local en 1943.

Movie poster for 1920 film The Mark of Zorro.

La acción de marketing que impulsó a la salsa Alfredo: Los cubiertos de oro

Años más tarde, dos de las figuras más influyentes del cine americano viajaron a Roma para disfrutar de su viaje de luna de miel. Douglas Fairbanks y Mary Pickford ambos grandes estrellas, disfrutaron de la cocina de Alfredo y su teatralidad quedando impresionados en «il Vero Alfredo«.

Tal fue su experiencia que decidieron regalar al restaurante un par de cubiertos de oro, una cuchara y una tenedor en 1927, con una dedicatoria grabada:

“To Alfredo, the King of noodles”

James Stewart comiendo en el Restaurante Alfredo

La influencia y el impacto de estos artistas no quedó solo en este bello gesto, pues a su regreso a EE.UU. concedieron una entrevista a los medios en la que hablaron de las maravillas de esta clásica ciudad europea y cómo no, alabando las bondades de los fettuccini Alfredo.

Por supuesto, todo ello convirtió al plato, al local y a Alfredo en un mito, de obligada visita para famosos, políticos y gente pudiente.

Si bien Alfredo vendió el local, sus nuevos dueños mantuvieron los cubiertos dorados y cientos de fotos de célebres sonrisas que adornan las paredes de este mítico «ristorante».

Actualmente puedes disfrutar de este plato y visitar el local «Il Vero Alfredo«, está en el registro de» Tiendas Históricas de Excelencia «.

Rodeado de rostros reconocibles en la Piazza Augusto Imperatore, número 30 de Roma.

En esta misma localidad hay varios restaurantes «Alfredo» pero no pertenecen a la tradición familiar.

Receta

Ingredientes de los fettuccini Alfredo para un cuarteto

  • 500 g de fettuccini (pasta dura).
  • 1,5 l de agua con 2,5 g de sal diluida, para cocer la pasta
  • 250 g de mantequilla sin sal.
  • 250 gr de queso parmesano finamente rallado.
  • 5 g de sal
  • 2 g de pimienta blanca recién molina (opcional, no se aplica en la receta original).
  • 2 g de perejil fresco picado (opcional, no se aplica en la receta original).
  • Un tenedor y una cuchara (no hace falta que sean de oro).
  • Un tenor (yo tengo suerte, en casa hay dos).
  • Un violinista (esto lo tengo más complicado, tengo pianistas y guitarristas).

Elaboración de los Fettuccini Alfredo originales

Fettuccine Alfredo Di Lelio. Pasta Alfredo. koketo

Recuerda seguir dos reglas fundamentales. Primero: La pasta debe estar recién cocida y muy caliente. Segundo: Has de mezclar los ingredientes en el plato del comensal. Si eres capaz con las manos como lo hacía «el bigotes».

Lo primero será preparar la pasta. Te recomiendo que sea dura, pues es más fácil de trabajar. Espero no tener que recordarte los diez mandamientos para cocinarla. Por si acaso te lo dejo aquí: «No dejes la pasta sola«. Guarda unos 250 ml de agua de cocción y mantenla caliente.

Será conveniente calentar los platos antes de servir. El horno será un buen aliado, pero recuerda avisar a la mesa para no terminar en urgencias sin huellas dactilares.

Fettuccine Alfredo Di Lelio. Pasta Alfredo. koketo

Ponemos sobre los platos la mantequilla en pequeños trozos. Después sirve los  fettuccini ya cocidos y por supuesto colados, sin agua.

Sobre la pasta añade el queso parmesano rallado y vierte el agua caliente que teníamos reservada. Es importante que mientras viertes suavemente el agua mezcles todo con la ayuda de un tenedor y una cuchara.

Debes ser ágil. Los cubiertos tienen que permitirte enrollar y levantar la pasta para poder mezclar bien. El calor derretirá tanto la mantequilla como el queso.

Resumen
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Nombre de la Receta
Fettuccine Alfredo
Nombre del autor
Publicacdo
Tiempo de preparación
Tiempo de cocción
Tiempo total
Puntuación
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12 comentarios en “Fettuccine Alfredo Di Lelio y la magia de Hollywood”

  1. Siendo técnico en radar y trabajando y recibiendo materiales para la Argentina dos años en la Contraves Italiana en Roma (1959/61) frecuentaba al restaurante de Alfredo Imperatore. El mismo Alfredo que había simpatizado conmigo me ofrecía los cubiertos de Oro. El me decía Ahhh Juanjo La Argentina tiene el ombú, ma.. Roma los Fettuchines dá Alfredo.
    Hoy pienso que no se los dan a nadie, además creo que no es el mismo Alfredo tan acogedor de aquellas épocas de fino restaurante y los cubiertos estarán en Caja Fuerte, si no así que los nuevos dueños me inviten para recordar épocas pasadas en la década del 60, yo tenía unos 21 años.

    1. ¡Qué bello comentario Juan José! Gracias por compartirlo. Lo cierto es que la gerencia del local sigue en manos familiares, por supuesto no será lo mismo que disfrutar de Alfredo, todo un personaje que quedará para todos como parte imprescindible de la gastronomía y nuestro anecdotario. Un saludo y ten una estupenda tarde.

  2. Me imagino que deber ser un gustazo manejar las madejas de pasta con las manos y mezclarlas con mantequilla…un espectáculo digno de ver. Muy buen consejo lo de calentar los platos antes de servir. ..que la pasta se quede fría no me gusta nada y suele pasar incluso en los restaurantes.

    1. jajajaja, yo a diferencia de Jamie Oliver, soy poco de usar las manos en la cocina, pero es cierto que despierta el niño que todos llevamos dentro. Un placer que te agrade el consejo de mantener los platos calientes, es algo que aconsejo con la carne y el pescado. Gracias por tu comentario.

  3. HISTORY OF ALFREDO DI LELIO CREATOR IN 1908 OF “FETTUCCINE ALL’ALFREDO” (“FETTUCCINE ALFREDO”), NOW SERVED BY HIS NEPHEW INES DI LELIO, AT THE RESTAURANT “IL VERO ALFREDO” – “ALFREDO DI ROMA” IN ROME, PIAZZA AUGUSTO IMPERATORE 30

    With reference to your article (I thank you) I have the pleasure to tell you the history of my grandfather Alfredo Di Lelio, who is the creator of “Fettuccine all’Alfredo” (“Fettuccine Alfredo”) in 1908 in the “trattoria” run by his mother Angelina in Rome, Piazza Rosa (Piazza disappeared in 1910 following the construction of the Galleria Colonna / Sordi). This “trattoria” of Piazza Rosa has become the “birthplace of fettuccine all’Alfredo”.
    More specifically, as is well known to many people who love the “fettuccine all’Alfredo», this famous dish in the world was invented by Alfredo Di Lelio concerned about the lack of appetite of his wife Ines, who was pregnant with my father Armando (born February 26, 1908).
    Alfredo di Lelio opened his restaurant “Alfredo” in 1914 in Rome and in 1943, during the war, he sold the restaurant to others outside his family.
    In 1950 Alfredo Di Lelio decided to reopen with his son Armando his restaurant in Piazza Augusto Imperatore n.30 «Il Vero Alfredo» (“Alfredo di Roma”), whose fame in the world has been strengthened by his nephew Alfredo and that now managed by me, with the famous “gold cutlery” (fork and spoon gold) donated in 1927 by two well-known American actors Mary Pickford and Douglas Fairbanks (in gratitude for the hospitality).
    See the website of “Il Vero Alfredo” (also for franchising news).
    I must clarify that other restaurants «Alfredo» in Rome do not belong and are out of my brand «Il Vero Alfredo – Alfredo di Roma».
    I inform you that the restaurant “Il Vero Alfredo –Alfredo di Roma” is in the registry of “Historic Shops of Excellence” of the City of Rome Capitale.
    Best regards Ines Di Lelio

    IN ITALIANO

    STORIA DI ALFREDO DI LELIO, CREATORE DELLE “FETTUCCINE ALL’ALFREDO” (“FETTUCCINE ALFREDO”), E DELLA SUA TRADIZIONE FAMILIARE PRESSO IL RISTORANTE “IL VERO ALFREDO” (“ALFREDO DI ROMA”) IN PIAZZA AUGUSTO IMPERATORE A ROMA

    Con riferimento al Vostro articolo (di cui vi ringrazio molto) ho il piacere di raccontarVi la storia di mio nonno Alfredo Di Lelio, inventore delle note «fettuccine all’Alfredo» (“Fettuccine Alfredo”).
    Alfredo Di Lelio, nato nel settembre del 1883 a Roma in Vicolo di Santa Maria in Trastevere, cominciò a lavorare fin da ragazzo nella piccola trattoria aperta da sua madre Angelina in Piazza Rosa, un piccolo slargo (scomparso intorno al 1910) che esisteva prima della costruzione della Galleria Colonna (ora Galleria Sordi).
    Il 1908 fu un anno indimenticabile per Alfredo Di Lelio: nacque, infatti, suo figlio Armando e videro contemporaneamente la luce in tale trattoria di Piazza Rosa le sue “fettuccine”, divenute poi famose in tutto il mondo. Questa trattoria è “the birthplace of fettuccine all’Alfredo”.
    Alfredo Di Lelio inventò le sue “fettuccine” per dare un ricostituente naturale, a base di burro e parmigiano, a sua moglie (e mia nonna) Ines, prostrata in seguito al parto del suo primogenito (mio padre Armando). Il piatto delle “fettuccine” fu un successo familiare prima ancora di diventare il piatto che rese noto e popolare Alfredo Di Lelio, personaggio con “i baffi all’Umberto” ed i calli alle mani a forza di mischiare le sue “fettuccine” davanti ai clienti sempre più numerosi.
    Nel 1914, a seguito della chiusura di detta trattoria per la scomparsa di Piazza Rosa dovuta alla costruzione della Galleria Colonna, Alfredo Di Lelio decise di trasferirsi in un locale in una via del centro di Roma, ove aprì il suo primo ristorante che gestì fino al 1943, per poi cedere l’attività a terzi estranei alla sua famiglia.
    Ma l’assenza dalla scena gastronomica di Alfredo Di Lelio fu del tutto transitoria. Infatti nel 1950 riprese il controllo della sua tradizione familiare ed aprì, insieme al figlio Armando, il ristorante “Il Vero Alfredo” (noto all’estero anche come “Alfredo di Roma”) in Piazza Augusto Imperatore n.30 (cfr. il sito web di Il Vero Alfredo).
    Con l’avvio del nuovo ristorante Alfredo Di Lelio ottenne un forte successo di pubblico e di clienti negli anni della “dolce vita”. Successo, che, tuttora, richiama nel ristorante un flusso continuo di turisti da ogni parte del mondo per assaggiare le famose “fettuccine all’Alfredo” al doppio burro da me servite, con l’impegno di continuare nel tempo la tradizione familiare dei miei cari maestri, nonno Alfredo, mio padre Armando e mio fratello Alfredo. In particolare le fettuccine sono servite ai clienti con 2 “posate d’oro”: una forchetta ed un cucchiaio d’oro regalati nel 1927 ad Alfredo dai due noti attori americani M. Pickford e D. Fairbanks (in segno di gratitudine per l’ospitalità).
    Desidero precisare che altri ristoranti “Alfredo” a Roma non appartengono e sono fuori dal mio brand di famiglia.
    Vi informo che il Ristorante “Il Vero Alfredo” è presente nell’Albo dei “Negozi Storici di Eccellenza – sezione Attività Storiche di Eccellenza” del Comune di Roma Capitale.
    Grata per la Vostra attenzione ed ospitalità nel Vostro interessante blog, cordiali saluti
    Ines Di Lelio

    1. Good morning Ines:
      It’s a pleasure to read your message.
      We thank you for telling us the story of your grandmother, a great man and a great cook.
      Our article comments on many of the details, but not all.
      So we would like to publish your message just as you did it for us to read our followers in a new article if you think.
      It has been a pleasure reading your message.
      Receives a warm greeting.

  4. ¡Qué rentable le salió a Alfredo la falta de apetito de su mujer!. Claro, con esas madejas de fettuccini impregnadas de mantequilla y parmesano, ¡cualquiera recupera el hambre!. Me encanta la receta, qué pena que no se materialice ahora mismo delante de la pantalla del ordenador.
    P.D: dices mantequilla sin sal… ¿pero has probado a hacerlo con mantequilla salada? ¡ummmm!

  5. Una duda: si tienes un tenedor y una cuchara para remover la pasta… ¿Con qué mano viertes el agua?
    Y… ¡Qué hambre da ver esto a estas horas!

    1. Buenos días, Mamen. En mi caso no hay problema porque tengo tres manos, pero si no tienes esa suerte o bien te dejo una mía o bien lo tendrás que hacer por partes. 😉 Muchos besos y ten una gran mañana.

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