No me resisto a escribir sobre lo acontecido este domingo en mi cuenta @chefkoketo y el foodporn en instagram. Se trata de una anécdota sin importancia que define un movimiento en las redes sociales digno de ser estudiado y analizado por sociólogos. Mientras la gente se hace fotos cuando vejan a un amigo, dan una paliza a un vecino, se hacen selfies justo antes de tirarse de un avión sin paracaídas o se muestran semidesnudos solicitando una respuesta al «¿tu qué me harías?» (no me hagáis decir lo qué le haría)… Pues, yo tengo el arrojo y la falta de moral de revelar fotografías de comida, ¡Qué barbaridad, soy un auténtico terrorista impúdico de la ética gastronómica!

foodporn en instagram. Chef koketo
La protagonista de esta historia

Foodporn en Instagram

La pasada semana, como viene siendo habitual, realicé una de las paellas. Sí, prácticamente este día lo destino a preparar una receta de arroz, considerado embajador de nuestra gastronomía, para disfrutar entre amigos o comensales del restaurante. ¡Ojo!, que el día que el trabajo me lo impide, hay quien me reclama airadamente el desplante. Suplico perdón… Paradójicamente, las mayores críticas a la ausencia de arroces en mi timeline me llegan de la red profesional Linkedin, algo también surrealista. Comprensible, son compañeros de profesión que se han vuelto amigos y hay confianza.

Como parte del ritual dominical, a media tarde publico en mi cuenta profesional esa fotografía, bajo el hashtag #domingosinpaellanoesdomingo y, tras pulsar el botón de compartir me encuentro la seria y tajante advertencia de esta red que me avisa de lo siguiente:

Tu publicación infringe nuestras Normas comunitarias

instagram

*Lo de Normas en mayúsculas no es aportación mía, sino de instagram.

foodporn en instagram
Aviso de instagram

Sacrilegio: foodporn en Instagram

¡Dios bendito!, siempre he considerado que mi perfil digital era bajo, nada de política, religión, sexo o evengalizadoras propuestas nutricionales. Quizás demasiado aburrido para conseguir algún seguidor incauto.

¿En qué habré errado para recibir este edicto de culpabilidad? Entonces, procedí con calma a leer cada una de las palabras que el censor me espetaba para averiguar la causa de la reprobación.

Hemos eliminado tu publicación porque infringe nuestras Normas comunitarias. Hemos elaborado estas normas para apoyar y proteger a nuestra comunidad en Instagram.

Ufff, soy una amenaza para los miembros de este estilista colectivo. Bueno, no os dejéis influir por estas palabras, tengo menos peligro que una mosca cojonera en el mes de diciembre.

Tres posibles causas

Violencia gráfica

Quizás, como han apuntado algunos, se pueda considerar que mostrar un romanesco en piezas implique que la planta ha sufrido un tormento cuando la corte despiadadamente con mi cuchillo. No es la primera vez que se me acusa de violento, en cierta ocasión fui más allá y compartí con esta «comunidad» un plato de rabo de toro y se produjo un efecto en cascada. Una mujer inglesa me denunció por maltrato animal ante la red con la intención de cerrarme la cuenta y tuve que dar explicaciones sobre el asunto para evitar la cancelación del perfil. Visto que no lo consiguió, ella y otras diez personas más, lo volvieron a intentar con argumentos similares, pero todo acabó en algún que otro bloqueo y unos leves improperios (no por mi parte). Afortunadamente el protestante, y más cuando son insultos, no los controlo, así quedó la historia.

Rabo de toro
Rabo de toro denunciado. Si no sabes lo que son dos rombos, eres muy joven.

Algunas reminiscencias siempre existen, algunos me comienzan a seguir pensando que solo publico fotos veganas y cuando ven que mi repertorio es omnívoro, me bloquean y siguen su camino. Cada uno es libre, no hay crítica por mi parte a este respecto.

Lenguaje que incita al odio, acoso y bullying

¡Ooops! La foto quizá tendría un lenguaje no escrito que inconscientemente invitaba al odio. De ser así imploro clemencia y sobre todo, una explicación para que pueda comprenderlo y no volver a caer en el mismo error. Me planteé incluso que hubiera una falta de ortografía, de esas que hasta el mismo Pérez Reverte te saca los ojos y te espeta un comentario en twitter que hace llorar hasta a Clint Eastwood. Pero no era el caso.

También valoré que fuera por uno de mis frentes habituales. Es posible que algunos lectores ya conozcan mi postura con respecto a la paella y, aunque no soy muy beligerante, podría haber levantado una nueva ampolla a un «pro-paellista radical» y que éste me hubiera denunciado. Es bien cierto, que el tema me ha generado algún que otro problema, fuertes discusiones y ciertas amenazas incumplidas de sabotajes. Afortunadamente no me han amenazado de muerte como a Jamie Oliver pero, creo que todo llegará. Hay que ser honrado, algún valenciano me ha dado la razón, pero siempre en DM (mensaje privado), cualquiera se atreve a decirlo en público, la wikipaella lo mismo te excomulga.

Otro amigo me confirmó, sin tapujos, que él me odia y que mis publicaciones despiertan su ira. Simplemente porque cada vez que ve una de las fotos no le he invitado a probarlo, o bien porque publico a la hora de comer y no siempre está delante del plato. Va a ser cierto que genero sentimientos de angustia y animadversión. Pido perdón nuevamente, soy culpable, no tengo excusa y lo peor, no siento remordimientos.

Desnudos y actividad sexual

Esta va a ser, esta sí que sí. Se trata de verduras totalmente despojadas de ropa, expuestas a los ojos de todos, como Dios las trajo al mundo y en actitud lasciva, libidinosa, sin tabúes ni limitaciones. La máxima expresión del foodporn en Instagram.

Es cierto que para muchos este tipo de instantáneas pueden resultar eróticas, yo me quedo con la idea de despertar el placer… pero el placer por la comida. Quién quiera ir más allá, no les juzgo, es muy respetable y es libre de dejar fluir su imaginación. Luego os doy el teléfono de un buen profesional.

Tengo algún comentario que lo equipara con un pecho… ¿Quién ha visto un seno con un pezón verde y lleno de granitos en secuencia fibonacci? Es que algunos solo piensan en lo único. Es triste pensar que haya gente a estas alturas que no reconozca la anatomía de una mama, por lo menos una terrícola.

El final de la historia

Después de dos días en el limbo y sin recibir ningún tipo de explicación, más que la inicial, hoy he descubierto que han publicado la aberrante e inconsciente foto de marras. Lo cierto es que no espera que lo hicieran, tampoco demandaba una explicación. Simplemente ha pasado. Ahí quedará hasta la próxima.

No soy el único

Hoy por la tarde me he topado con otro afectado, perdón, otro transgresor. Se trata de un Richard Barreira que mostró el cocido gallego de su madre en todo su esplendor… con un par de chorizos impúdicos colocados en medio de la escena, enfocados con desvergüenza, con un color irreverentemente erótico. Para quemarte, Richard. Eres mucho más criminal que yo.

Me puse en contacto con él para comentar la situación y publicar sus estampas carnales que provocan tanto odio. Os dejo el comentario que acompaña a la galería purgada, no deja títere con cabeza:

… QUE SON FOTOS DE UN COCIDO!!! Entonces, o a la unidad censora de @instagram está gobernada por un o una vegana que nada más ver las fotos del cocido de mi madre tuvo unas ganas enormes de masturbarse al ver tanta carne (Cosa prohibida por esos sectarios) o es un problema mental o simplemente son GILIPOLLAS y ya… falta circo para tanto payaso…

Richard Barreira Baños @richardbarreira

Richard vas provocando la gula, el odio, la violencia y cada uno de los pecados capitales. Por cierto, enhorabuena a la cocinera.

Termino con el foodporn en Instagram

Bueno, finalizo haciendo mías unas palabras de otro, no una cita, sino un plagio descarado. Ya he sobrepasado la línea roja, así que voy sin freno y cuesta abajo.

“Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”

Don Juan Carlos. Alias «el campechano»

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La censura en instagram
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La censura en instagram
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Una foto de mi perfil de #intagram censurada. ¿Odio, sexo o lenguaje soez?. Puedes juzgar mi falta de moralidad al publicar esta #paella. ¡Soy un Pecador! Así estamos y no soy el único.
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La kocina de koketo
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2 comentarios en “¿Qué está pasando con el foodporn en Instagram?”

  1. «¡Qué barbaridad, soy un auténtico terrorista impúdico de la ética gastronómica!» E Instagram lo sabe. Por fín alguien pone límites a tus excesos inmorales y salvajes en las redes (Adviértase el tono irónico).
    Feliz semana, si tu conciencia te lo permite.

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