Gambas al ajillo con salsa de tomateAlgunas tapas son universalmente conocidas en los pequeños bares, locales y clubs sociales de toda la península, y si hablas del centro íbero hacia abajo, ten por seguro que todo buen paisano con codo en barra ha pedido alguna vez tres raciones a lo largo de su vida, no me equivoco: Patatas bravas, boquerones en vinagre y gambas al ajillo, quizá haya podido prescindir del salmorejo,  de los caracoles, la oreja, la ensaladilla rusa… pero de estos crustáceos es IMPOSIBLE.

yo no quiero ser como Beckham

Gambas al ajillo confitadasEsos pequeños gusanitos acebrados con tinte anaranjado que flotan sobre la tentadora salsa de aceite, los tostados ajos que sólo unos pocos esquivan y por supuesto, la sorpresa del picante desmesurado de esos trocitos traicioneros de guindilla, han sido, son y serán patrimonio de la cultura de las tascas. No podrás evitar sucumbir a la tentación, salvo que seas si eres la archienemiga del «garlic» y ex-spice girl (spice no será de especia, yo creo que es más space girl) Victoria Beckham.

El secreto de las gambas al ajillo

Gamba rojaInsisto, a riesgo de ser reiterativo en mi descripción, pocos ingredientes se necesitan para conjugar esta receta aúrica, y el secreto de poder alcanzar el culmen de placer gastronómico, o simplemente disfrutar de un momento entre amigos, está sin duda, en la materia prima. A saber, si el marisco está congelado, si el ajo está algo seco o el aceite no es AOVE… el resultado es bueno, pero si la gamba es de primera (gamba de Huelva, gamba roja de Denia,…), las cabezas de Allium sativum son frescas y el óleo de la aceituna es obtenido de la primera presión en frío puedo asegurar que te sientes tocando el cielo. Sólo hay dos elementos que pueden estropear este momento catártico, la compañía de un glotón y la falta de temperatura de la loza, ¡imperdonable!

el ABC de las gambas al ajillo

Gambas al ajillo con salsa de tomateCazuela de barro es el utensilio (no apto para placas de inducción), lumbre con fuego es lo ideal, marisco fresco es necesario, guindillas sin semillas es lo aconsejable, el ajo de las vegas de los ríos Tajuña, Jarama o Tajo (Vamos de Chinchón) es mi recomendación y por supuesto, no olvidemos el maridaje, la cerveza más fría que nuestro gaznate pueda soportar sin llegar a la cristalización o las anginas y en su defecto o falta de simpatía, un buen vino fino es una agradable alternativa.

Ingredientes para las Gambas al ajillo con salsa de tomate
(4 personas)
  • 400 g de gambas blanca, langostinera o gambones
  • 400 g de tomates maduros
  • 50 g de cebolla
  • 1/2 cabeza de ajos
  • 4 tomates cherry (opcional)
  • 15 g de perejil
  • 15 cucharadita de azúcar
  • 5 g de pimienta negra
  • 15 g de sal
  • 50 ml de aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Elaboración de las gambas al ajillo con salsa de tomate

Gambas al ajillo con salsa de tomatePreparamos la salsa de tomate, para ello pelamos y quitamos la simiente, procedemos a un corte fino. En una sartén doramos un diente de ajo con un poco de AOVE y picamos la cebolla que le hará compañía, alcanzado el color dorado (no marrón) retiramos el ajo y añadimos el tomate que freímos evitando que salte con una tapa unos 15 minutos… trituramos y reservamos.

Limpiamos las gambas, separando la cabeza y el caparazón (quitamos los intestinos si fuera menester), reservando el cuerpo. Ponemos en el fuego un poco de aceite a calentar en la cazuela, presionamos sobre la loza las cabezas para que suelten el jugo e introducimos la cabeza y las cáscaras para confitarla a fuego lento unos 10 minutos. Una vez que el AOVE ha cogido temperatura (no ha de quemarse), porteriormente retiramos y dejamos sólo el aceite, para sumar el ajo laminado y la guindilla que se ha de dorar un par de minutos.

Gambas al ajillo con salsa de tomateAñadimos los cuerpo de las gambas y esperamos a que se tornen blancas sin perder más del 75% de su tamaño (dependiendo de la potencia del fuego el tiempo puede ser inferior a 5 minutos), añadimos la salsa de tomate y mezclamos un par de minutos con el resto rectificando de sal. Quitamos del fuego y añadimos el perejil picado por encima. Como referencia el tamaño de la gamba no debe alcanzar el 50% de su talla inicial pues significaría que se ha quedado seca.

Ahora toca una barra de pan por persona, una cerveza fría y ganas de disfrutar.

9 comentarios en “Gambas al ajillo. En su sencillez reside su dificultad”

  1. Todos los jueves en el restaurante la Marea: una ración de gambas (del 1) al ajillo, pan y cerveza …. solo para mí (no es egoísmo, solo saborearlas en su Totalidad)
    Lo del tomate, es la primera vez que lo leo y ya veremos…. Gracias

  2. Pingback: Paseo por la gastronomía de la red: recetas para Cuaresma y Semana Santa
  3. No tenia ni idea que las gambas al ajillo llevarán tomates…bueno para serte sincera cuando tengo una cazuela de esas delante de mi …ya no me fijo en nada más que no sea hincar el tenedor en las chisporroteantes gambas…Cuando las hagas…. me pido primer, ja,ja! !!!

    1. Y tienes toda la razón, las gambas al ajillo no llevan tomate, pero es una licencia para disfrutar de una racción con la barra de pan. ¡Cuenta con que no dejaré que nadie pinche en el plato antes de hacerlo tu!
      Besos Maggie y buena semana.

  4. ¡Viva la cultura de las tascas! ¡Ole, ole y ole!. ¡Qué receta, Koketo, qué receta!. No tengo más palabras ni tampoco puedo ser más original. Es una tapa maravillosa por su sabor y su aroma. Muchas veces va uno por la calle al mediodía y de repente, de una esquina, sale un olor a gambas al ajillo y a calamares fritos directamente de las cocinas de un bar ¡y te deja sin sentido! ja, ja. Gracias por rescatar para el blog esta muestra del patrimonio gastronómico 😉

  5. Ejem… no sé si te voy a perdonar que no mentes los ajos de mi tierra… que por aquí hay un excelente ajo morado.
    Pero bueno, con una cazuelita de esas, te perdono todo!!
    Excelente post!!
    Besos

    1. jajaja, no soy mucho de nombrar los productos de mi tierra, no son muchos, así que para una ocasión que tengo me he lanzado como un poseso. ¡Cuenta con ello!, besos y gracias por tu comentario.

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