Un cochinillo no es simplemente la cría del puerco, es la excelencia de la cocina castellana. Es la variedad de asado que por su simplicidad es apreciada por gran parte de la humanidad (aunque en algunos lugares es aberrante deleitarse con un cochino tan pequeño e incluso pecado por imperativo religioso). Es uno de los actores de reparto de los episodios familiares de las fiestas que se acercan. ¡Madre mía que tostón!, pues sí, también recibe el nombre de «tostón» y/o «lechón».
Noticias surrealistas de tinte cómico
La pregunta del millón y otras cosas de la prensa rosa
Hace un par de años, quizá fuera un lustro o una década, pues ya los días pasan como horas, en fechas similares, mantuve una divertida comida plagada de estos momentos bucólicos con grandes amigos de la infancia. Ya habiendo superado la fase de exaltación de la amistad surgió una pregunta fruto de la espirituosa tertulia que manteníamos:
«¿El cochinillo siempre se ha de acompañar con un vino?
Cochinillo asado con café latte
OVNI y cochinillos asado
En este caso el rito se debe al Mesonero Mayor de Castilla Cándido quien al no tener cuchillo en el momento de la disección lo reemplazó por lo que tenía más a mano: “la vajilla”.
Y el objeto volante evoluciona más allá del vuelo
Los clientes pensando que el acto era voluntario e intencional comenzaron a aplaudir y de esta forma el protocolo quedó establecido… esperemos que no siga evolucionando la anécdota y acabemos comiendo en el suelo por otro desliz, tropiezo o accidente desafortunado y la voracidad del momento de los presentes.
Ingredientes para la elaboración del cochinillo asado
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Solicitad al carnicero que os marque toda la columna del cochinillo, sin llegar a cortar la piel, esta semidisección nos permite que se abra posteriormente con cierta facilidad. No hay grandes secretos en este asado, mucha paciencia, materia prima buena y si tienes el típico horno para hacer pan de pueblo pues ideal, ya sé que no es nuestro caso.
Se lav
Aunque no tengamos horno de pan
Pasado este tiempo es el momento de sacar al bichín y darle la vuelta. Toca ahora untar de manteca, en mi caso de aceite de oliva, la superficie como si lo fuéramos a broncear en la playa y se deja a la misma temperatura otra hora y media vigilando el caldo (agregando si fuera menester), atendiendo al color de la piel y protegiendo con ayuda de papel aluminio aquellas zonas que se puedan quemar como las orejas, patas, el rabo o el hocico.
A más tiempo mejor cara
Cuando más baja sea la temperatura, más tiempo necesitamos, pero quedará más jugoso, en los grandes asadores se realiza a 180 grados y no llega a las dos horas (pero son otras condiciones de humedad y distribución del calor).
Saca el plato más horrible que tengas, disponte a emular al maestro mesonero y aprovecha para lanzarlo contra el comensal que más coma para despistarlo mientras los demás os lanzáis sobre el asado.