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Estoy en instagram y «me gusta»

Instagram

Llegamos a los 300 seguidores en Instagram y agradecido he decidido escribir este post, no es una cifra ni grande, ni pequeña pero sí importante.

El perdil

Más allá de los problemas que genera el estar en una red social (fuera cual fuera ésta) he de reconocer que hay una entre todas que me encanta, se trata de la red de imágenes por excelencia: «Instagram«. No niego que tiene sus desventajas: el proceso de virtualización de tus vivencias, la idealización de las experiencias, el egocentrismo desmesurado, la suspicacia de qué hacen con los contenidos… pero también tiene grandes ventajas como la interacción con otras personas que comparten tus mismos intereses, que no necesariamente tiende a ser malsana. Paradójicamente, me relaciono con más profesionales del sector de la restauración por este tipo de medios que por ningún otro y quizá sea un pensamiento sesgado pero he tenido la suerte de encontrarme con chefs de primer nivel mundial que me siguen y no tienen el «papo» subido como en algunos otros medios.

Cierto es, que no he renunciado a mi privacidad, a mi vida personal. En las casi mil fotografías que comparto con esta red hay mucho espacio para la intimidad, nada se muestra que no se debería mostrar, pero ves mis grandes aficiones que deseo compartir (la cocina, los viajes, los paisajes,…) y guardo para los míos los momentos importantes (mi familia y mis amigos).

¡Oh!, Sí. Te llevas grandes sorpresas, algunas curiosas como cuando te das cuenta que hay seguidores en tu red social que te hacen comentarios y que piensas que se encuentran a cientos de kilómetros (incluso a miles, Saigón por ejemplo) y están contigo en el mismo bar. Profesionales que te felicitan cuando han trabajado en restaurantes de dos estrellas Michelín. Un famoso actor de EE.UU. con el que estás en deuda, pues no he visto ninguna de sus películas, pero él ve todas las fotos de tus platos, antiguos conocidos que fuiste a visitar a sus restaurantes y ahora son ellos quienes te siguen, personas que desean visitar tu restaurante y a los que tienes que explicar que sólo es un laboratorio para los amigos…

La primera foto de cocina

Y sobre todo imágenes que inspiran, de extrema belleza y gran talento, realizadas por amateurs, profesionales y personas ajenas al oficio. Creedme, todos los días te sorprende ver una composición de un plato, un paisaje imposible, una fotografía de tal belleza que te obliga a volver una y otra vez.

Me gusta instagram, aunque no puedo olvidarme de Pinterest de una estética mucho más moderna y elegante, de diseño cuidadoso; pero que me resulta más impersonal (será probablemente por el uso que hago de ella). Maravilloso e inquietante me parece este mundo de las redes sociales al que se puede mostrar un lado más humano de una afición, proyecto o hobbie, disfrutando de momentos especiales, incluso anecdóticos (con éxitos efímeros como cuando uno de los cocineros más importantes del panorama mundial le da a un «me gusta») y que ocurren cuando menos lo esperas. Otras redes en las que cohabito, Twitter, tumblr, facebook y flickr me resultan menos gratificantes (dejo para otro día el increíble mundo del pajarillo), pero todas y cada una de ellas me hacen ser un «ente más virtualizado», y esto genera sentimientos bastante encontrados, la única máxima qu me he fijado es que mi perfil real no se deteriore por esta génesis del 2.0.

También descubres, como es mi caso, la necesidad de expresarte de manera diferente, de aportar a la imagen algo tuyo y no siempre estás acertado (las palabras no fluyen y no dejas de describir algo obvio), sólo quieres buscar el Hashtag adecuado y capturas un instante con una descripción corta y sin sentimiento (no llegas a estar a la altura).

Al final llego a la conclusión que cuando cuelgo una foto, pretendo contagiar el entusiasmo y en alguna ocasión, la pasión que viví cuando elaboraba la receta, o disfrutaba del paisaje, del momento único,… Ciertamente, una utopía, un mundo irreal que intentas captar con tu cámara y que para muchos, por no decir la mayoría, carece de sentido por no poder transmitir el contexto dónde, cuándo y cómo fue tomada esta foto. Pero, no olvido que es muy gratificante cuando comienzas a recibir los «I like», o los comentarios de la comunidad de usuarios más activos que te hacen participar y conversar, siempre en buen tono, o recibes los nuevos adeptos a tu perfil (reconozco que hay ego en todo ello y «me gusta»).

Ocupa tiempo, si quieres aprender y sacar partido a esta red social tienes que dedicarle bastante, hay que alimentar el proceso de interacción, mi consejo es que disfrutes de lo que publicas, haz partícipe a la gente de esos momentos que tienen una belleza especial y no dudes en participar de cualquier perfil siempre que sea abierto y utilices un tono constructivo.

Invitados estáis a mi perfil, seréis bien recibidos:

http://instagram.com/jorgehdezalonso

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