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Las cositas que dan pena comerse

mukimono

Mukimono KoketoLa semana pasada como cada viernes hicimos la ronda por los mercados en busca de las viandas para las citas gastronómicas que con agrado realizamos en nuestra mesa; pase por el Mercado de San Antón (digno de visitar por tener materia prima poco usual, de primera calidad y MasterCard oro); siempre paso por la frutería de la primera planta (no subo prácticamente nunca al segundo piso, lugar de oprobio y consumición de bebidas espirituosas y comidas preparadas) y compré unas patatas violetas, unos calçot y algún producto más de temporada; pero me quedé embelesado con una calabaza tallada de forma tribal con una perfección y grado de detalle poco usual.

No me pude resistir y pregunté al tendero si era él, el artista y entre palabras entrecortadas por el cansancio de la semana y los típicos problemas laborales que a todos afectan, me dijo algo asín como: «urrr, por que…., urrrr, pues NO,… urrrrrhhhh, ahhhh, si quieres algo esta hay el tipo que las talla» (espero que esta semana le haya ido mejor).

Allí me dirigí y me encontré a Nacho (José Ignacio Viñas García), que mantenía una conversación con un pito curioso y con mucho tiempo libre  y me aventuré a interrumpirlos con la intención de preguntarle por un libro que tenía junto a la mesa de trabajo, «Perdón, sólo una pregunta, el libro, ¿dónde lo puedo comprar?», vaya, a partir de aquí no paré de hacerle preguntas demostrando mi mala educación y mi falta de respeto por la otra persona que estaba allí, diez minutos después fui consciente de la situación y pedí disculpas pero el entusiasmo con el que hablaba de su profesión me dio pie a preguntar y preguntar. Quedamos pues para que me diera un curso personal y sencillo a la par que elegante la siguiente semana y nos emplazamos a ello.

Finalmente dimos el curso en el restaurante de un buen amigo, al cual acudí con entusiasmo y he de reconocer que Nacho es un gran profesional y buen maestro, pase dos horas y media como un crío, sonriendo, divirtiéndome y sobre todo olvidando las preocupaciones mundanales que afectan al más feliz de los mortales (incluso a Espinete). Una terapia ocupacional formidable, una pena que nuestro maestro sólo este dos meses en Madrid y no tenerlo más cerca pues lo que veis en las fotos lo hicimos dos principiantes en el arte del mukimono (arte chino de la talla de frutas) en muy poco tiempo y bajo la supervisión del sensei.

Si os interesa aprender a tallar, no lo dudéis dar una clase con él, el precio es asumible y en grupos sale muy económico, es un tipo encantador dispuesto a desplazarse a vuestras casas para enseñar con pasión su oficio (se encarga de traer las frutas, vegetales y las herramientas) o también podéis comprar un libro sencillo como el de Nacho, «Decoración práctica para hostelería». Editorial Personal. Autor: José Ignacio Viñas García; aunque la parte de las calabazas, sandías y melones está en el nivel EXPERTO.

Os dejo un video del curso para que veáis lo fácil que es aprender a decorar y pasar una buena tarde en compañía de un gran profesores y una buena amiga.

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