Paparajotes: Un buñuelo de Murcia con base de hojas de limón, cuyo interior se desecha cuando se ingiere pues es indigesto, esta es la definición de «paparajote». Es un plato de tradición que lamentablemente el recetario está dejando en el olvido, posiblemente por la poca accesibilidad a las hojas del cítrico en el mercado (antes en los huertos y parcelas lindantes a las cocinas).
Se trata de un postre sencillo, no exige nitrógenos, márgenes de temperatura, ni utensilios complicados, con un buen AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), unas hojas de limón frescas y con aroma, harina, azúcar, canela y leche tendremos un postre casero ideal que se puede acompañar con vaso de vino dulce (mistela, Pedro Ximénez,…) aunque el acompañamiento de las casas labriegas era un rudo café de puchero.
Tiene un hermano dicigótico en tierras gallegas: «Follas de limón» (alguna investigación exige este suceso), aunque su origen es claramente árabe. Se convierte en protagonista en la celebración de San José en Murcia, allá por primavera y podemos adquirirlos en las «barracas» que se instalan en toda la ciudad para conmemorar el día del padre.
Paparajotes versus papajotes
No debemos confundirlos con los paparajotes totaneros (receta salada con bacalao como base), ni con los papajotes de Jaén, si bien estos buñuelos jienenses son muy similares pero que no cuentan con el sabor cítrico y menos con las láminas vegetales de su interior.
Ingredientes del paparajote 8 PERSONAS
- 0,5 l de leche entera
- 0,5 kg de harina
- 250 g de azúcar morena (si te gusta mucho el dulce puedes aumentar a 350)
- 2 huevos grandes
- 1 l de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) para freír
- 1 limón (sólo para ralladura)
- 2 sobres de levadura
- 30-45 hojas de limonero (frescas, tiernas y no excesivamente grandes)
- 50 g de canela
- 15 g de sal
elaboración del paparajote
Lo primero es lavar las hojas y secar bien, reservando para más adelante.
En un bol alto batimos con brío los huevos y sumamos la leche y la levadura en polvo, cuando la masa sea homogénea debemos añadir la sal y la ralladura de limón, por último sumamos la harina hasta obtener una mezcla sin grumos (ni muy líquida, ni muy espesa).
Calentar en una sartén alta el aceite sin llegar a quemar, la temperatura adecuada será 180º, sumergimos las hojas del limonero en la masa sujetándolas por el tallo y la dejamos escurrir ligeramente, y la sumergimos en el aceite para que se fría por ambos lados. Sacamos, escurrimos el sobrante con la ayuda de un papel absorbente, pasamos por una fuente en la que tendremos el azúcar y la canela para rebozar.
Recuerda que este postre se toma caliente, acompañado de vino dulce y no olvides que la hoja NO SE COME, yo la primera vez no seguí este consejo (aunque me gustó el bocado me pareció un poco tosco, no tuve problemas digestivos, pero claro yo tengo el estómago de un rumiante).
¡Los paparajotes están buenííííísimos!, y más cuando los hace un experto… gracias Chef por endulzarnos el paladar y avisarnos que no nos comamos la hoja de limón…
Muchas gracias, Tesi. Como has visto he sufrido el ataque de Hackers, deben de ser el subidón de azúcar.
Buen día