Como podéis imaginar el salazón en realidad no es una forma de elaboración de los alimentos, sino un sistema de conservación por deshidratación, aunque es tan extraño que los productos que consumimos no tengan conservantes que se ha convertido en una forma de elaborar los platos muy apreciada por lo costoso del proceso (ya sólo la limpieza exige paciencia y destreza que os invito a obviar con una simple petición al pescadero).
Este proceso es válido tanto para carnes (el más famoso es el de nuestro apreciado jamón, seguido por la cecina) como para pescados (cuyas anchoas en el Cantábrico actualmente se venden en latas que por su precio parecen más joyas que peces).
Ingredientes
- 0,5 kg de sardinas (6 sardinas grandes)
- 400 gramos de sal gorda
- 150 gramos de azúcar
- Una naranja
- Un limón
- Una lima
- AOVE (Aceite de oliva)
- Romero
Si no sois muy duchos en las labores de pescadería, no os gusta limpiar el pescado o no sabéis como sacar los lomos del pescado mi recomendación es pedir al pescadero que os haga filetes un mínimo de 6 peces; congelad al menos 48 horas para evitar gusanitos indeseados.
Desescama, corta la cabeza, limpia las tripas y filetea (mejor ver el vídeo, explicarlo es largo y complicado).
Utilizaremos ahora una fuente ancha, creando una cama de aproximadamente 1cm, sobre ella colocamos los lomos de la sardina con la piel hacia abajo y la cubrimos con otra capa de la mezcla. Dejaremos un mínimo de 1 hora y posteriormente las lavaremos bajo el grifo y las secamos bien.
Se pueden conservar una semana si introducimos los lomos secos en aceite de oliva y las cubrimos por completo.