
Primera y única regla. Debemos limpiar almejas en el medio lo más natural posible.
Limpiar almejas aunque la ley obliga
Antes de comenzar a elaborar unas almejas a la marinera, a la plancha, una sopa de bivalvos,… debemos purgar el molusco. Aunque por legislación sanitaria las almejas están en buenas condiciones para su consumo es recomendable realizar un proceso de depuración, lo que nos permitirá eliminar parte de la arena que puede traer en su interior.
Pasito a pasito
Para realizar este proceso, las introducimos en agua fría con sal. La proporción adecuada es similar a la que encontraríamos en su ambiente natural (1 litro / 35 g de sal) durante un par de horas, pero nunca menos de 30 minutos.
Si queremos tener una buena experiencia podemos cambiar el agua varias veces, esto hará que las almejas filtren el agua y suelten las impurezas. Recuerda que la temperatura del agua del mar es más cercana a la que tienes dentro de la nevera que a la de tu cocina en pleno verano. También es menos peligrosa.
No tires por «tierra» el trabajo

Pasado este tiempo retira las almejas con cuidado, con suavidad. De lo contrario moverás la arena y la labor será tiempo perdido.
Ya lo tienes y sirve para todo
Recuerda que este sistema sirve también para: Almeja fina y chirla, berberecho, coquina, escupiña, abalón,…

