“Tira para arriba” el nombre de uno de los postres más célebres de la repostería
¡Ay el tiramisú! Pocos postres gozan de tanta fama y reconocimiento en todo el mundo. Tiramisú es una de las 10 palabras más conocidas por los foráneos, si hablamos de gastronomía ocupa la quinta posición y con traducción directa a más de 25 lenguas dispersas por todo el planeta. Pero algo que pocos golosos conocen es que es un dulce moderno. Podíamos decir que es un actor prematuro en el mundo de la repostería.
Tiene de todo
Quizás esta notoriedad se deba a que atesora entre su cremoso paladar algunas de las sustancias que más agradan al ser hommo golosum: alcohol, azúcares, grasa, teobromina y cafeína, sin duda toda un reto para superar luego los controles médicos de aquellos hipoglucémicos, hipertensos, …
La combinación perfecta
Pero más allá de sus componentes químicos, esa elegante combinación de capas con textura cremosa se ha consagrado como el postre tradicional italiano, pese a contar con apenas algo más de un siglo de historia, una autoría desconocida y una elaboración de infinita diversidad que puede rallar en lo incongruente: lleno de replicantes. Juzgad vosotros mismos, si nolo han sufrido ya vuestras papilas gustativas: “Yo… he visto tiramisús que vosotros no creeríais, con dulce de leche más allá de Treviso. He visto espolvorear té verde matcha a la luz de las velas sobre el mascarpone cerca del Véneto. Todas estas fusiones o algunas de ellas se merecen olvidar en las cartas de esos restaurantes, como el amaretto sobre los bizcochos de savoiardi en las recetas actuales”.
El tiramisú es trevigiano o friulano
Hasta la fecha la génesis del tiramisú se ha mostrado esquiva y por tanto, no está claro dónde nace oficialmente. Sin embargo, lo que parece una certeza es que su nacionalidad es italiana, pese a que incluso algunos americanos insólitamente se aventuren a atribuirse el mérito.
Concretamente el debate es bastante acalorado entre las regiones del Véneto y Friul-Venecia Julia.
Los datos y los antecedentes
Vayamos con uno de los pocos datos ciertos y seguros, la receta no se presenta en libro de cocina alguno hasta la década de los 70 del siglo XX, vamos, hace dos días. Poco después se incorporó al diccionario de la lengua italiana, tan sólo 10 años más tarde, vamos que se extendió más rápido que una pandemia. Quizá la razón más obvia de tal proceso es que este postre simplemente es una evolución de otros con mayor tradición en el país como la “sbatudin” una mezcla de yema de huevo batida con azúcar, el “Zuccotto” que comparte licor, bizcocho y elaboración en capas, la sopa inglesa del Reggio Emilia. Incluso algunas traspasan la frontera del país transalpino como la que sitúa el origen en Siena: “La sopa del duque”. Preparación en honor al Gran Duque Cosimo III de Medici, en este caso ya hablaríamos del siglo XVII aunque como es obvio sin el mascarpone típico de Lombardía, o las galletas de Saboya, pero con otro nombre “la sopa del duque”.
También nacionalismos
Otra de de las tesis más nacionalistas establece su nacimiento en Turín, en el siglo XIX. Un repostero inventó este postre para alentar la causa del Conde de Cavour, ministro del Reino de Cerdeña en su lucha por unificar Italia.
La leyenda impropia
Pero de todas las efemérides investigadas apenas tenemos fuentes veraces que las apoyen, más allá de comentarios intencionados o interpretaciones partidistas. Por ello, permitidme que os cuente una de las leyendas que me resultan más interesantes y que comparte explicación con otros platos del país en forma de bota como los espaguetis a la putanesca.
La tradición verbal, o sea los chismes, dimes o diretes cuentan que este postre habría sido ideado por una Madame: sí has leído bien. La gestora de un burdel del centro histórico de Treviso en la época de postguerra. La “Siora” no tenía “buenas” ideas y su intención era preparar un dulce con características estimulantes y afrodisíacas para que los clientes de moral distraída abandonaran el prostíbulo con nuevas fuerzas y revitalizados para poder hacer frente a los deberes maritales cuando retornaran a sus hogares. Ya lo decía Super Ratón: “No olviden supervitaminarse y mineralizarse”.
De etimología y viagra
Es curioso que el término “Tiramisú” proviene del dialecto veneciano “te tira su” que no significa otra cosa que “tentempié”. Pero no en el significado español que le damos a la comida como aperitivo, más bien en su carácter fortalecedor. Algo así como “tira pa` arriba”. Así que algunos lo tomaban antes y después de la visita a las meretrices. De ser cierto estaríamos ante la primera pastilla azul de la historia, la viagra del siglo XIX (si lo hubieran sabido antes los laboratorios, el dinero que se habrían ahorrado en I+D).
Receta del tiramisú
Ingredientes para cuatro personas
- 500 g de queso mascarpone
- 6 huevos tamaño M
- 150 g de azúcar glas
- 15 galletas savoiardi o 300 g de bizcochos de soletilla
- 175 ml de café frío, descafeinado si es para niños
- 50 ml de Amaretto, opcional por los infantes
- 100 g de cacao en polvo
- Una pizca de sal
Elaboración del tiramisú
Elaboración. Separamos las claras y las yemas de los huevos. Montamos las claras con la mitad del azúcar hasta el punto de nieve, será de ayuda de una pizca de sal. Por otro lado, mezclamos con una varilla las yemas con el resto del azúcar, cuando la textura sea cremosa añadimos el mascarcope hasta que quede bien mezclado.
Ahora vamos a ir añadiendo poco a poco ambas mezclas con movimientos lentos y envolventes, de abajo a arriba. Después vamos a juntar en un recipiente el café y el licor.
Empapamos individualmente cada bizcocho con este líquido y los colocamos uno tras otro en la misma dirección. Después añadimos una capa de crema, otra de bizcochos y finalmente otra de crema. Por último, espolvoreamos con cacao toda la superficie. Es importante dejar reposar al menos una hora en la nevera, pues desmoldarlo es complicado por la textura.