Cierto es que hay más de 5.000 variedades de patatas en todo el mundo, y es Perú con casi 3.000, el país que más tubérculos comestibles posee, de todas ellas la que siempre nos ha llamado la atención es esta Solanum de color púrpura, con preciosos matices que van desde un sorprendente blanco jaspeado hasta un azulado intenso, pasando claro está por el violeta.
Su origen es bastante incierto y posiblemente asociado al intento continuado de hibridar tubérculos en busca de un alimento más duradero ante las inclemencias de la climatología y persistente ante las plagas de insectos que sufren año tras año; el resultado de esta manipulación es cuanto menos sorprendente a la vista y agradable al paladar.
Popularmente se la conoce como patata violeta, pero también recibe el sobrenombre de Trufa de China o patata azul, morada o negra (no nos hemos comido la cabeza en estos últimos nicknames), quizá la puedas encontrar como bleue d’artois, vitelotte o négresse en algún mercado gourmet ya que es muy difícil de adquirir sino se encarga.
Posee una piel de color negruzco, dura pero fina y su interior es poco homogéneo; la podemos encontrar redonda y también alargada pero en ambos casos los ejemplares son pequeños no superando los 10 cm en ningún caso, siempre rodeada de pequeños gránulos. El arbusto de la patata azul necesita un suministro constante de humedad y es de temporada (no se da todo el año) y es fácil de cuidar por lo que hay gente que la cultiva en sus casas como planta de decoración. Paradójicamente esta variedad se cultivan por su alto rendimiento y no por el sabor o el color aunque su precio está siempre por encima de los 4 € el kilo.
Esta papa es ideal para cremas, chips o cocidas como es nuestro caso. Además, su color violeta será el tema de conversación durante la comida, no lo dudes y admito apuestas a que alguno de los comensales te pregunta como has pintado la patata.
Ingredientes esenciales para la ensaladilla púrpura según Mr Potato:
- 1/2 kg de patata violeta
- 250 gramos de pimientos del piquillo asados
- 100 gramos de gambas grandes
- Sal
- 200 cl de aceite de oliva virgen extra
- medio diente de ajo
- 1 huevo
- 1 lima
Procedamos con la elaboración, poner abundante agua a hervir con una pizca de sal, cuando alcance la temperatura adecuada introducir las papas y esperar entre 20 y 25 minutos para que se cuezan.
Una vez pasado este tiempo introducir las patatas en un recipiente con agua y hielo para romper el proceso de cocción (bastará con 5 minutos), mientras realizamos el alioli de lima. Os dejamos el video de toda la receta, pero prestar especial atención a la elaboración de esta salsa, para evitar que se os corte.
Introducir en un vaso alto el aceite, el huevo, el ajo, la sal y la ralladura de lima. Colocar sin poner en funcionamiento la batidora en el fondo del recipiente y sin moverla (ni arriba abajo ni de derecha a izquierda) ponerla en funcionamiento, pasado unos 20 segundos podréis comprobar que la salsa se está ligando correctamente y continua cubriendo todo el recipiente, llegado este punto podremos mover la batidora para concluir la salsa y no dejar aceite sin mezclar (metemos inmediatamente en la nevera).
Ahora realizamos una leve cocción de las gambas, se lleva a ebullición un recipiente con agua y sal. Se introducen las gambas no más de 10 segundos y se retiran; de esta forma no llegan ha cocerse en su interior y tienen un sabor más fresco.
Una vez se haya enfriado la patata y las gambas, procedemos a pelarla y cortarla en láminas, también cortamos los pimientos y realizamos un corte transversal del marisco (para poder limpiar el cordón negro que suele tener a lo largo de todo el cuerpo en la parte superior). Realizado estas operaciones, procedemos a emplatar con el siguiente orden, pimiento, gambas, patata y alioli (no le viene nada mal un chorrido de AOVE por encima) y unas virutas de la ralladura de lima para terminar de adornar.
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