El brownie es un bizcocho de chocolate made in USA, sin levadura, que toma su nombre de la tonalidad de su cuerpo, visual hasta para los daltónicos (creo que no descubro nada nuevo con esta descripción) y que delata la existencia de cacao en grandes proporciones. Se trata de un icono de la repostería americana con lugar propio entre los donuts (herederos de postres holandeses y por lo tanto europeos, ¿o no?), los empalagosos gofres (de clara influencia francesa e inglesa), las hipercalóricas tortitas (digievolución de los crepes),… vamos que la originalidad de sus postres está en las raíces de la gastronomía de la Edad Media de Europa. Hagamos un TopTen de sus gulusmerías para poder juzgar.
Top Ten de los postres yankis sin incluir el Brownie
- Comienzo por el Fudge o dulce de azúcar que apenas conocemos en nuestro país y que es la excepción a la regla pues es claramente EE.UU. 100%
- Galletas con chispas o cookies (esas cositas que se cargan en nuestro navegador y nos da la lata con el aviso de privacidad). Esas galletas con pequeños trozos de cacao que dan la felicidad, ¿Y de verdad crees que las galletas son de allí?
- El «pie de manzana», pero nada que ver con la anatomía de las partes inferiores que nos permiten el movimiento, mejor «Apple pie«. Aceptamos Francia, aceptamos Inglaterra, Holanda e incluso Venezuela, pero USA no es el inventor.
- El cupcake. Ese polivalente postre que tiene mil formas, colores y analogías. Sí, el pequeño «pastel de taza» recibe su nombre de los protestantes, pero es posiblemente lo que en términos vulgares llamaríamos «Magdalena pija vestida para una noche de fiesta».
- Cheesecake: como todos los cakes, golosas tartas para disfrutar de los lácteos siempre que no seas intolerante. Posiblemente elaborada en la antigua Grecia (en la isla de Samos) y fue considerada un botín de guerra de los romanos cuando fueron conquistados.
- Red velvet o «terciopelo rojo», solo con el nombre nos complace el paladar, un producto fruto de la escasez durante la Primera Guerra Mundial. Ante la falta de materia prima los reposteros utilizaban remolacha para dar alegría al bizcocho.
- Donuts que aunque es indispensable en las películas de policías y en la serie de los SIMPSONS, es una apropiación indebida de las pastelerías del antiguo mundo.
- Las tortitas o también llamadas «Pancakes» prima hermana, de los crepes franceses, eso sí adaptados a los gustos americanos, pero si ahondamos en la historia podemos encontrar su génesis en la fría Siberia.
- Las «Muffins«sencilla y llanamente nuestras magdalenas de toda la vida. En los MacDonald todo empieza por «mac» y cuando llegan a algo que tiene sentido como las «Macdalenas», le llaman «Muffins».
- Los Whoopies, son tan similares a un macarons que a simple vista es complicado distinguirlos, pero los primeros tienen una masa ligera, suave y esponjosa (como las magdalenas), mientras que los segundos son más similares a las galletas.
«Conclusión: La pastelería americana no es tan americana
Pero, ¿Qué hay de los brownies?
Hay tres leyendas sobre la creación del brownie y como ya es manida, la explicación simple es el mínimo común múltiplo: El olvido, descuido, la apatía, la desgana, la indolencia o negligencia de un cocinero. Somos algo cansinos a la hora de buscar el preámbulo en la historia de los platos, qué le vamos a hacer. También es cierto que podríamos recurrir a la influencia de extraterrestres o seres del más allá, pero como somos terrenales, somos simplistas y esto implica respuestas reduccionistas, damos por buenas disquisiciones del más acá: «El Chef es un vago y un ñampas».
El chocolate viajó accidentalmente a la masa: «¡TomA ya! he hecho un brownie»
Un cocinero mientras elaboraba un bizcocho vertió accidentalmente, como las industrias al río, el chocolate derretido sobre la masa de galleta. Bien por él, hizo famoso su postre pero no su nombre. Pero esta opción no da respuesta a por qué el bizcocho no cogió la altura deseada, así que pasemos al siguiente.
¡Ay va!, se me olvido la harina como al niño de la cartera el donut
Otro inepto repostero olvidó sumar la levadura a la masa del bizcocho, también habría que pensar si simplemente estaba ahorrando, en ese caso no sería un despiste sino un «optimizador de recursos». Lo que no me explico es por qué le puso chocolate al asunto… ya que escatimas, reserva el máximo de materia prima. Cierto es que existen algunas evidencias de que en el Hotel Palmer House de Chicago se elaboró este postre por encargo, con la intención de meterlo en cajas y poderlo apilar dentro de tarteras, sin levadura, evitando el peligro de que se aplastasen unos con otras. Pero ¿qué encanto tiene esta historia si no hay un error en cocina?. Bien, pasemos a la tercera.
No siempre será un cocinero, algunas veces es fruto de la profesión más ingrata de la historia
Una gran y gentil ama de casa o «The Good Wife» tras levantarse antes de acostarse, mientras el resto de los miembros de la familia dormían plácidamente, realizaba miles de tareas que un hogar exige. Preparó un bizcocho pero no tenía levadura, así que prosiguió su labor superando como siempre las trabas y dificultades de su día a día. Descubriendo el perfecto híbrido mitad pastel y mitad galleta.
El Brownie es centenario y sin duda de Chicago
La primera receta escrita y documentada es de 1904 en Chicago bajo el nombre de «Bangor Brownies» y fue el detonante de un crecimiento exponencial en todo el país, pues dos años después Boston ya contaba con el postre. Es importante recordar que el chocolate que se utilizaba no era tan refinado como el de ahora (mucho más amargo) teniendo en cuenta que las primeras barras de este producto llegaron a EE.UU., concretamente a Chicago apenas una década antes de la invención de este postre.
Ingredientes para un brownie (8 raciones muy generosas)
- 50 g de cacao puro en polvo o 200 g de chocolate puro (70% ó más)
- 125 g azúcar
- 110 g de mantequilla
- 3 huevos de tamaño medio
- 80 g de harina de repostería
- 75 g de nueces picadas
- 5 g de vainilla
Elaboración del brownie
En caso de usar chocolate para la receta, lo primero que haremos es fundirlo, sin prisa, a fuego lento y luego añadiremos la mantequilla. Pero si usas cacao puro entonces sigue los siguientes pasos.
Prepara un molde para horno de unos 25×25 cm (lo que nos permitirá hacer porciones cuadradas de 5x5cm) y lo engrasamos con mantequilla para poder desmoldarlo con facilidad (o bien utilizamos un papel sulfurizado o un molde de silicona). Precalienta el horno a 200º, así cuando abramos la puerta y metamos el brownie bajará a 180º que es la temperatura a la que debemos trabajar (así lo tendremos que dejar 180º).
En un recipiente seco juntamos el cacao y la harina (es siempre conveniente, tamizarlo para evitar grumos), mezcla bien los ingredientes y reserva.
Pon un cazo alto al fuego bajo, añade la mantequilla y espera a que se derrita completamente. Suma el azúcar y la vainilla con ayuda de una cuchara de madera, mezcla y mueve constantemente. Una vez sea uniforme, añadimos los huevos y seguimos moviendo.
Retira del fuego e introduce poco a poco esta mezcla a la que teníamos reservada (harina y cacao) y al final las nueces que habremos troceado.
Coloca en el molde engrasado e introduce el postre en el horno a media altura en una bandeja de rejilla para una distribución uniforme del calor en torno a 25-30 minutos. Sabrás que está hecho cuando se separe del molde o bien utiliza un palillo insertado en el centro, si este sale como entró (limpio) es que ya está perfecto.
Saca del horno siempre las bandejas en sentido horizontal, nunca inclinadas para evitar que si el centro no se ha hecho lo suficiente no se vuelque el contenido, y mi recomendación es servirlo caliente con una bola de helado de vainilla o pistacho encima.
Espero que no haya sido un «marrón» esta receta.
Pues yo creo que con esa pinta que tiene el Brownie al ser tan cuadradito y plano… que lo invento la bruja de Hansel y Gretel para hacer la casita de chocolate…así que siendo obra de los hermanos Grimm…todo vuelve a quedar en el viejo continente.
Por cierto el brownie elaborado por koketo está deliciosooo 😀 !
Gracias por tus palabras, me alegro mucho que os haya gustado, espero que pronto pueda prepararos otra remesa. Besos amante de los cuentos.
¡Qué va a ser un «marrón» esta receta! Y si lo es, ¡que todos los «marrones» sean así! ja, ja 🙂
Que sepas que ahora me gusta más Chicago y que la culpa es tuya 😉
Como tú dices, no es posible que el origen de toooodas las recetas se deba a olvidos y negligencias de los cocineros pero, aún así, me encanta leer las historias que hay detrás. Me encanta el sentido práctico de los americanos: El Hotel Palmer ideó que los brownies fueran sin levadura y en tarteras para evitar que se aplastaran unos con otros…ya ves cómo se preocupaban de que los norteamericanos llevaran sus almuerzos en pulcras tarteras para poderlos disfrutar en los parques… ¡Bravo!
Ja, ja, ja,… lo malo es que hasta no tener una máquina del tiempo tipo «regreso al futuro» me temo no vamos a saber el verdadero origen de las recetas, pero tengo la certeza que efectivamente ésta responde más a la exigencia de las dimensiones de la tartera y el mantener el estado del pequeño bizcocho que a otro descuido más que ha pasado a la historia. Besos y gracias por tu comentario.