Mejillones a la Bretona. Es el momento de hablar del «marisco humilde», un bivalvo considerado el riñón del mar por su capacidad para filtrar ingentes cantidades de agua, hasta ocho litros a la hora, alimentándose así de las partículas que cohabitan en su entorno, aportándole éste sustento un increíble sabor que es pasión en Bélgica, Francia e Italia.
El nombre real
En realidad esta receta debería llamarse «Moules à la Crème«, pero coloquialmente reciben el nombre de mejillones bretones, supongo que porque se da uso al molusco D.O. de la zona y que la Bretaña es poseedora de la mayoría de las recetas de la gastronomía gabacha. Los Choros son cultivados en el «bouchot«. Son estacas de madera que quedan totalmente descubiertas cuando está la marea baja, en Costas de Armor.
Dicho lo anterior, os recomiendo que uséis mejillones gallegos que paradójicamente reciben el nombre de Mejillón del Mediterráneo. Ccurioso este sinsentido geográfico. Este molusco consiguió ser el primer producto de mar de la Unión Europea con denominación de origen y se cultiva en Bateas todo el año cerca de las rías.
Ingredientes de los Mejillones a la Bretona:
- 1 Kg. de mejillones
- 15 gr. de mantequilla
- 1 cebolla o cuatro chalotas
- 2 dientes de ajo
- Una yema de huevo
- 1 hoja de laurel
- 125 ml. de vino blanco
- 200 ml. de nata para cocinar
- Sal, pimienta negra y perejil fresco (o cilantro si queréis darle otro toque)
Elaboración de los mejillones a la bretona.
Procedamos con la receta:
Limpiamos bien la cáscara de los mejillones (lavar, rascar y eliminar las barbas) los ponemos en una cazuela a fuego lento con un vaso de buen vino blanco, dos bolitas de pimienta negra y una hoja de laurel hasta que el buen calor les obligue a que sus carnes nos saluden, entonces apartamos del fuego y reservamos los bivalvos por un lado y el caldo por otro (no mantener al fuego más de lo estrictamente necesario y por supuesto si alguno no se abriera la basura orgánica le estará esperando).
En una sartén honda introducimos la mantequilla, con las chalotas bien picadas, el ajo y el aceite al fuego, cuando todo esté pochado, transparente y blandito, brindamos con el vino blanco que ha de mantenerse a fuego vivo un mínimo de 5 minutos (evaporando el alcohol y permitiendo que el plato sea también consumido por los más peques). Pasado este tiempo añadimos 2/3 de nata junto con algo del caldo filtrado con el que cocimos los mejillones, rectificamos de sal y pimienta y dejamos que ligue y espese hasta optener la crema con textura deseada. Ahora mezclamos en la misma sartén la nata que falta junto con la yema del huevo y tras darle un par de vueltas para que se mezcle la añadimos toda a la bandeja donde se encuentran esperando los mejillones.
Pica el perejil o el cilantro y espolvorea sobre la bandeja. Ya lo tienes.
Acabo este post con mis condolencias y apoyo a los que como yo, han sufrido y siguen sufriendo alergias al marisco. Os recomiendo si os gustan los mejillones probar con esta otra receta que ya publicamos en su día: Mejillones en escabeche caseros.
P.D.: Querida Marta espero que ésta sea la receta que me pediste y espero que te guste.
riquísimos,muchas gracias por recordarme este sabor tan rico,M
mmmm
Un placer, Marta. Me alegra saber que es el sabor que recordabas. Un beso enorme.
apetitoso
Muchas gracias por tu comentario, espero que un día podamos degustarlos en la misma mesa. Besos.