Tras esa puerta…

Tras esa puerta cerrada que ya no reconozco

Durante más de 18 años he pasado frente a esa puerta de madera roja todos los días, mañana y tarde. Hoy me he detenido junto a ella, se me ha encogido el corazón, un nudo ha constreñido mi estómago y mis ojos se han humedecido.

Hace casi dos décadas abrió por primera vez sus bisagras y desde ese día de 1999 ha formado parte de mi vida, del barrio donde trabajo, del arrollador Madrid.

Esta mañana he tenido la sensación gélida de realidad, esa puerta no volverá a abrirse y en ese mismo momento he sido consciente de este triste hecho pese a que hace dos meses fue cerrada. Es posible que haya tenido que pasar este periodo de luto para asumirlo, expresarlo y compartirlo como terapia a esta herida que nos acompañará a muchos.

Tras esa puerta cerrada que fue internacional

En este local he convivido, disfrutado y trabajado con profesionales de medio mundo. Filipinos de talento asombroso, chinos de tesón inquebrantable, chilenos de plasticidad infinita, peruanos de altura desproporcionada, uruguayos de talante gentil, árabes de carácter sanguíneo, polacas de dulce sonrisa, colombianas de labor solícita, alemanas de estricto trato, albaneses de diligente dirección, ecuatorianos de infatigable voluntad, italianos de codicioso dinamismo, rumanos de asiduo aprendizaje,… Ciertamente un verdadero crisol de culturas, religiones, políticas, talentos y formas de comportarse muy dispares que durante años ha convivido con una meta común.

Tras esa puerta cerrada se fueron protagonistas

Carolo

Algunos de los que formaron parte de este proyecto vital nos abandonaron prematuramente en el camino. Uno fue corazón y alma de este proyecto. Gran pérdida que amigos, conocidos y vecinos han sufrido con enorme desconsuelo. Un gran tipo de personalidad única, un «señor», sí un «caballero» de los de otra época. Capaz de disfrutar de la vida, de enriquecer la de los que tuvimos la suerte de conocerlo. Se fue y hasta el último momento nos dio buen ejemplo de cómo ser, de cómo sentir, de cómo afrontar las situaciones, independientemente de las cartas que te han tocado.

Días antes de su fallecimiento tuve la suerte de acudir a su casa, quería despedirse pero sin una palabra de adiós. Compartiendo algunos de los planes que sabíamos ambos nunca podría realizar… pero quiso hacerme participe de esos últimos momentos y siempre le estaré agradecido por esa lección.

Manu. Tras esa puerta cerrada. Bogabar. Chef Koketo

También se fue el abuelito, el único que llegó al inalcanzable hito de la jubilación. Más de 40 años en la península y nunca fui capaz de entenderle una frase completa. No hacía falta, con sabiduría guiaba su mirada de aprobación o reprobación. Recibimos con amargura la noticia al poco de su merecido descanso. Su cuerpo dijo «basta».

Tras esa puerta cerrada se abrieron caminos

Algunos compartieron su enamoramiento entre cacerolas y de su unión resultó una nueva familia. Impares fueron algunos romances, aparecieron del fuego y se fueron con brisas. Muchos decidieron botar su propio barco y capitanear solos nuevos mares. Otros ganamos un estupenda hermana pequeña que aunque no comparta sangre la aprecio como propia. No puedo negar que también se iniciaron grandes profesionales que hoy desarrollan su actividad en locales laureados.

Cambiaron su rumbo los menos, pues la vida de este gremio es exigente y avoca a la soledad en muchos casos, pero algo tiene que te atrapa. Partieron unos que nunca se consideraron inmigrantes a sus países de origen y se convirtieron otros en embajadores de nuestro tierra como nuevos emigrantes. Se afinaron talentos, se descubrieron aptitudes, se encauzaron ingenios y se asentaron capacidades. Todos guardan un gran recuerdo de esta casa, la que fue suya por un tiempo.

Tras esa puerta cerrada se hizo gastronomía

Quizá no tuviste la suerte de bajar las escaleras que daban acceso a este refugio, pero te aseguro que en tu entorno más cercano siempre habrá alguien que nos visitó, que pudo disfrutar de una de las más de 21 toneladas de arroz que se prepararon en las cocinas con productos de temporada con ciertas libertades más allá de lo mediterráneo.

No es una exageración: todos los días se elaboraba este plato que se ha servido a miembros de la monarquía, nobles de mayor o menor rango, políticos de siempre y nuevos oportunistas, intelectuales en mayúsculas, actores internacionacionales, músicos y cantantes, frecuente era la presencia de cómicos. Sin embargo la mayoría eran gente corrientes, como nosotros, trabajadores que acudían a celebrar algún hito o simplemente buscando una excusa para complacernos. Bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, reuniones, despedidas, reencuentros…  y los más divertidos: los divorcios.

Tras esa puerta cerrada di mis primeros pasos en la cocina

Siguiendo los consejos de Alberto abandoné mi intención de estudiar en una gran escuela de cocina y acepté su invitación a aprender frente a los fogones. Las primeras tardes fueron intensas, las bromas del personal eran frecuentes…

Meses pasé frente a cestos de cebollas y pimientos picando durante horas. Mantengo desde esos primeros instantes una dureza en mi extremidad que da fe de los miles de cortes que infligí a las verduras, espero que no me guarden rencor. Así estuve hasta que me acerque a los fogones,  y lo convertí en mi afición.

Tras esa puerta cerrada se pierde algo de Madrid

La ciudad cambia, los hábitos se modifican y los clientes solicitan otras experiencias. Lo único constante es el cambio, pero la maldita crisis se ha llevado por delante una forma de restauración que ya no puede sobrevivir. Quien no lo acepte será engullido por cadenas, grupos financieros y efectismo que nada tienen que ver con un local de comida.

En estos últimos años la esperanza media de un nuevo local en el barrio céntrico de las Salesas ronda los dos años. En un ritmo frenético de aperturas y cierres no eres capaz de conocer a tus vecinos de puerta. La historia del Madrid de dos décadas se ha vivido intensamente entre las mesas, los reservados y la barra de esta casa. Esto ya no volverá, se perderá como las antiguas tascas, los casas de comidas o las vetustas hospederías.

Tras esa puerta cerrada doy las gracias

En primer lugar a Alberto y Carolo por hacerme partícipes. A mi querida Klaudia, al Gran Álvaro, al apreciado Javi, a Blanca, Igor, Bole, Ana, Rosa, Milena, José Luis, Julio, Nicolás, Miguel Ángel, Choco, Palu, Douglas, Kiko, Isaac, Marta, Javier, Marianna, Santi, Nacho, Manu, Carmen, César, Medhi, Ricardo, Anita, Luca, Juan, Juanito, Verónica, Víctor, Yan Pin, José, Sami, Juan Antonio, Leni, Anderson, Meli, Abdel…

Tras esa puerta cerrada estaba el Bogavante de Almirante

Bogabar chef koketo

«En la agonía del adiós es cuando comprendemos la profundidad de nuestro amor por lo que perdimos. Tras esa puerta queda algo de mi».

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Tras esa puerta cerrada
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Tras esa puerta cerrada
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Tras esa puerta es una carta de despedida y agradecimiento al Bogavante de Almirante, "el bogabar" un restaurante mítico de Madrid que cerró sus puertas.
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La Cocina de Koketo
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14 comentarios en “Tras esa puerta cerrada”

  1. Ufff, todavía con un nudo en la garganta.
    También flipé cuando ví la desnuda puerta roja.
    Se cierra con ella casi media vida mía, vida nuestra, los mejores años?? no sé, también los ha habido amargos.
    Desde luego hace muchos que tú, Jorge formas parte de lo que estaba detrás de ella.
    Tendremos que buscar otra puerta…

  2. Estimado Jorge.
    Desde luego el día que escribiste el artículo te pilló bien inspirado. Excelente.
    Gracias por haberlo escrito y haberme hecho recordar los tantos momentos que he disfrutado con vosotros en este entrañable lugar.
    Escribiendo así da gusto pararse a leer y disfrutar

  3. Se me ha caido el alma al cielo, la tristeza me engulle y mis recuerdos estan con todos vosotros. Tanto el Pepinillo como el Boga fueron mi segunda o en algun caso mi primera casa durante casi 11 Años. Os hecho de menos y que nuestro futuro sea positivo para todos.
    Abrazos.

    1. Buenas noches Miguel Ángel. Gracias por tus emotivas palabras. Ha sido un placer conocerte y compartir grandes momentos. Sin duda eres uno de los grandes profesionales que he tenido la suerte de conocer, ejemplo de trabajo y forma de proceder. Un abrazo inmenso.

  4. Que noble y calido texto, digno de su escritor y de el lugar, que unió a tantas personas que hoy ocupan un lugar especial en mi corazón y seguro en el de todos los que dejamos nuestra huella en él, que no solo en su momento lo consideramos nuestra casa sino un lugar para siempre volver, también un lugar que de alguna manera u otra nos educo tanto profesionalmente como el paladar.

    Gracias Jorge por dedicarle y dedicarnos unos minutos que trascenderan en el tiempo mediante tus letras. Gracias bogavante por gente, sabores y experiencias maravillosas!

    1. Gracias a ti, Marianna, por tus bellas y generosas palabras. Me alegra que te hayan gustado, que compartamos sentimientos de añoranza y cariño por tantas viviencias y tan grandes personas que tuvimos la suerte de conocernos allí. Un besote enorme «caribe», espero vernos pronto.

  5. Si, entre esos fogones me enamoré, y hoy en día somos una familia que en los genes llevamos bogavante. Orgullosa de haber cocinado en su inauguración y feliz de haber vivido tantos momentos maravillosos.
    Gracias por plasmar lo que todos hemos sentido al saber que esa puerta roja se cerraba para siempre ….

    1. Gracias por tus palabras, me alegra saber que has disfrutado de este pequeño homenaje. Dan un abrazo enorme a Juan de mi parte y besos para toda la familia.

  6. Me haz hecho llorar…
    He recordado cada momento que pasé allí, y las amigas casi hermanas para mí Rosa y Ana.
    Amigos de corazón como tú, y muchos más detrás de aquella puerta, cada día, cada experiencia las recordaré.
    Gracias por recordarme la que una vez fue mi casa

    1. Gracias Milena, siento haberte hecho llorar, aunque me alegra saber que he evocado grandes recuerdos y te haya servido para recordar a esas grandes amigas. Eres un sol de bello corazón. Besotes enormes.

  7. Que grande eres Koke !!! Y que bien lo has relatado. Una de mis mejores etapas ha sido El Bogavante ahí he forjado grandes amigos y muy buenos clientes q he ido viendo en otros lugares.Me quedo con todo lo bueno q me ha sucedido en la Cueva momentos muy muy buenos y vivencias maravillosas

    1. Muchas gracias por tus palabras, Ana. Eres un sol y siempre lo has sido. Fue un placer conocerte y compartir gratos momentos. Se te echa de menos. Besos enormes para ti y para Rosa.

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