Bhajia, bhaji, bhajji, bhuyia o bhajiya es un bocado indio (de la India, no de las Américas, no nos despistemos). Está a medio camino entre los aros de cebolla y los buñuelos españoles, ¡Uffff! Puede parecer una locura pero, de hecho, el término «bhajia» significa «buñuelo». Para los amantes de los fritos, es una perdición y para los veganos, una bendición; para los celiacos un respiro. Este tipo de alimentos es lo que se denomina pakora: «freír verduras en una mezcla húmeda con harina de garbanzos». Así lo preparan en la India, Pakistán y Bangladés.
Índice
- El origen de la bhajia de cebolla
- Sé amable, pon un bhajia en tu puerta
- Los detalles importan en el bhajia
- Receta de bhajia de cebolla
- Ingredientes
- Elaboración
- Receta de harina de garbanzo
- Ingredientes
- Elaboración
El origen de la bhajia de cebolla
El bhaji de cebolla nació en Karnataka, un estado del suroeste de la India bañado por el mar Arábigo, cuya capital es Bangalore. Allí pasó un par de años un buen amigo y volvió con el estómago destrozado por la intensidad de los picantes. Vaaaaale, es posible que alguna patología previa tuviera. Recordad que en la zona sur, la comida es más picante para favorecer la sudoración, ya que hace mucho calor. Me temo que ahora solo prueba platos de la cocina india si los preparo yo. Será porque me esmero en eliminar todo rastro de cayena y pimienta.
El bhajia es muy probable que naciera en los puestos callejeros y su objetivo fuera calmar el hambre de los más humildes, pues dos de sus ingredientes principales son muy accesibles (cebolla y garbanzos). Parece estar relacionado con los almuerzos de los obreros que trabajaban en las fábricas textiles en la década de 1850 (aunque por sus ingredientes, seguro que su creación es muy anterior). Estas pausas para reponer fuerzas eran demasiado breves para una comida completa, y se prefería un almuerzo liviano a uno pesado, ya que los empleados tenían que volver a realizar labores físicas extenuantes.
Estas materias primas han sido pilares de la alimentación de subsistencia de muy distintas civilizaciones (romanos, griegos y egipcios).
Sé amable, pon un bhajia en tu puerta
De las sartenes en las calzadas se pasó a los frontales de los restaurantes, si bien en estos ya eran entrantes o aperitivos. Por último, se adentró en las casas, para disfrutarse a la hora del té chai. Algo que para nosotros puede parecer curioso, pero he visto gente mojando pan con anchoas en su café con leche y sonreír con orgullo.
Lo cierto es que se ha convertido en un cortés rito de bienvenida, el bhajia es ofrecido a aquellos invitados que se presentan en los hogares para una amable visita.
Los detalles importan en el bhajia
Por regla general se utiliza un tipo de cebolla autóctona, la de color amarillo, si bien en nuestras tiendas es imposible encontrarla, por eso se suele utilizar la blanca o la roja. Mi recomendación es esta última, pero cada uno que ajuste a su paladar.
En cuanto al tipo de harina, con mayor frecuencia se recurre a la de esta legumbre tan castellana. Sin embargo, podemos encontrar algunas excepciones, que, a mi escaso juicio culinario, aportan una textura muy agradable. Es el caso de la harina de arroz.
También podemos encontrar una alta variedad en la consistencia de la masa, algunos se inclinan por una pasta espesa, casi un engrudo, otros por una crema sutil más cercana a la tempura. Es cierto que estas últimas convierten al vegetal en el verdadero protagonista, y el único inconveniente es encontrar el equilibrio adecuado para que el bhajia no se nos desmorone en la sartén y se convierta en un conjunto de islas.
Por último, más allá de quienes añaden ajo, comino, jengibre o cualquier otro ingrediente que pulule por la despensa sin un fin objetivo, está la relevancia del tiempo de reposo de la masa. Aunque algunos se precipitan a lanzar la mezcla al aceite, mi recomendación es darle un pequeño respiro a la masa, entre 20 minutos y una hora.
Receta de bhajia de cebolla
Ingredientes
- 350 g de cebolla (4 unidades grandes)*.
- 250 ml de agua tibia.
- 200 g de harina de garbanzo*.
- El zumo de medio limón.
- 15 g de cilantro fresco picado.
- 15 g de cúrcuma en polvo.
- 10 g de guindilla fresca (pimiento picante).
- 5 g de polvo gasificante (levadura química, impulsor o polvo de hornear).
- 500 ml de aceite de oliva para freír.
- Sal al gusto.
* Puedes utilizar zanahoria, patatas (bonda), coliflor, berenjenas…
** Puedes sustituir por garam masala
Elaboración
- Mezclamos todos los ingredientes en un bol, a excepción de la cebolla y el aceite. Remueve la mezcla hasta obtener una textura espera (si fuera necesario añade agua o harina).
- Pela las cebollas y córtalas en juliana para que se pueda hacer bien al calentar.
- Añade la verdura a la mezcla y deja reposar 20 minutos como mínimo.
- Ponemos el aceite a calentar en una sartén no muy grande y alta, un wok es una buena opción. Cuando la temperatura sea la ideal (180º C) comenzaremos a preparar los bhajia.
- Preparamos buñuelos con ayuda de dos cucharas y los vamos incorporando al fuego poco a poco. No eches demasiados a la vez pues corremos el riesgo de que se peguen unos a otros y que la temperatura descienda rápidamente. Recuerda voltear para que se hagan bien por ambos lados.
- Cuando estén bien dorados, lo que tardará dos o tres minutos, los retiramos del fuego y los colocamos sobre un papel absorbente.
Puedes servir con chutneys y/o raitas, ambos son acompañamientos indispensables de cualquier mesa india.
Receta de harina de garbanzo
Aunque se puede comprar en muchos supermercados, si tenéis ocasión y maquinaria es mucho mejor elaborarla en casa, podréis preparar bhajia y «pescaíto» frito.
Ingredientes
- 500 g de garbanzos de buena calidad.
Maquinaria
Es imprescindible disponer de un buen robot de cocina, con una potencia mínima de 850 W. De lo contrario no conseguiréis más que hacer mucho ruido y estropear la máquina. Lo del estruendo no lo vas a evitar tengas la maquina que tengas (te aseguro que tus vecinos se van a enterar de que estás preparando harina de garbanzo)
Preparación
- No debemos poner mucha cantidad en el vaso del robot, es preferible hacerlo por tandas.
- Cerciórate de que el recipiente está limpio y seco.
- Triturar durante tres o cuatro minutos los garbanzos, si tu robot permite distintas velocidades comienza por una media y ve aumentando cada 30 segundos la velocidad.
- Tamizamos la harina para evitar trozos mayores.
- Si tu robot tiene temperatura, puedes tostar la harina con una velocidad baja durante 20 minutos a 100º C. Si no es el caso, deberás extender la harina en una bandeja seca durante media hora en tu horno a una temperatura de 100º C.
- Ya puedes utilizarla o bien guardarla, pero deja primero que se enfríe.