Ensalada campera, la mejor miscelánea veraniega

Ensalada campera, ensalada española, ensalada de verano o ensalada de patata, da igual su nombre. Una refrescante elaboración de hortalizas de temporada combinadas con un toque ácido aportado por la vinagreta.

Un plato de otros tiempos que nos retrotrae a épocas en las que las familias compartían la comida en espacios de ocio. Playas con toallas llenas de arena, cámpines con mesas plegables, vegas de ríos con aguas frías y repletas de mosquitos… en estos entornos no podía faltar una tortilla de patata con sus pimientos verdes fritos, los fríos filetes de ternera empanados y, por supuesto, la ensalada campera.

Actualmente forma parte del ritual del aperitivo, pero la ensalada campera proviene de tiempos de labriegos, agricultores y campesinos. Una cocina sencilla, reparadora y rápida que servía de sustento para los oficios duros en tiempos calurosos. Presente en toda la península y favorecida por las regiones de regadíos destinados a cultivos.

Índice

1. Ensalada campera, el concepto de mezcolanza mixta
2. Y hablando de parientes
3. El principal ingrediente: la patata
4. Receta de las papas aliñadas
   1. Ingredientes
   2. Elaboración

Ensalada campera, el concepto de mezcolanza mixta

Sin duda es una ensalada mixta cuyo principal ingrediente es la patata, pero está acompañada por pimientos rojos o verdes, cebolla, bonito en escabeche y, en ocasiones, huevo cocido, aceitunas o lechuga. Todo aderezado con un aliño de sal, tres partes de aceite de oliva y una de vinagre de vino.

Se puede ver una ensalada campera con todo tipo de mixturas, que nos recuerda a la famosa ensalada Olivier, o como la conocemos coloquialmente: ensaladilla rusa. Pero con ciertos límites, no es frecuente encontrar más de seis ingredientes y, a excepción de la proteína de bonito o el huevo, no se suelen añadir carnes de origen animal. ¡Ya! Ahora me diréis que la tía María Luisa pone jamón cocido. Siempre hay excepciones a la norma, pero esta es una de las pocas reglas que debemos tener en cuenta cuando la elaboremos. Aunque respetaremos a nuestros parientes y, en concreto, a nuestra querida Luisa.

Y hablando de parientes

Sin duda, la ensalada campera tiene hermanas, primas y allegados. De todos estos parientes, quizás el más cercano es la fórmula andaluza conocida como «las papas aliñadas». La típica tapa de Cádiz (pero con versiones en todas las provincias de la Junta) y que cuenta con la patata como protagonista, acompañada por cebolleta, perejil, aceite de oliva y vinagre de jerez; aunque como en el caso de la ensalada campera puede incorporar melva, caballa o cualquier otro túnido, además de huevo. Así que, es difícil de diferenciar si no atendemos al perejil o al toque del tipo de aliño ácido.

Otras versiones más alejadas son la ensalada alemana o Kartoffelsalat que es típica de la cena de Nochebuena en muchas casas germanas. A diferencia de la española, el aliño es más parecido a una mayonesa y la patata se combina con salchichas y pepinos entre otros ingredientes.

El principal ingrediente: la patata

La historia de la patata se remonta a los Andes de Sudamérica, donde fue cultivada por las antiguas civilizaciones prehispánicas como los incas. Estos pueblos descubrieron y domesticaron la planta de la papa hace miles de años, desarrollando variedades adaptadas a diferentes altitudes y climas.

En el siglo XVI, durante la época de la conquista española, los exploradores europeos descubrieron la patata en sus expediciones a Sudamérica. Ignorantes del valor culinario que aportaba a las civilizaciones hispanas, la planta fue considerada una curiosidad botánica y adornaron durante siglos los jardines de la aristocracia.

A mediados del siglo XVIII, la patata comenzó a ganar popularidad en Europa debido a su capacidad para crecer en diferentes condiciones de suelo y clima, incluso en terrenos pobres. No son garbanzos, pero lo cierto es que no es muy exigente.

En el siglo XIX, las hambrunas en Europa, particularmente en Irlanda, llevaron a un aumento significativo en el cultivo de patatas así que fueron arrancadas de los jardines y pasaron a los huertos. En Irlanda, en concreto, la dependencia de la papa como alimento básico llevó a una crisis cuando una plaga de tizón tardío devastó las cosechas en la década de 1840, lo que resultó en la Gran Hambruna irlandesa y la emigración masiva.

Receta de las papas aliñadas

Ingredientes

• 800 g de patatas (variedad nueva)
• 150 g de cebolla dulce
• 50 ml de aceite de oliva virgen extra
• 15 ml de vinagre de vino
• 5 g de perejil fresco lavado y picado
• Sal gruesa al gusto
• Opcionales habituales:
  • 15 g de aceitunas de mesa verde
  • Dos huevos cocidos
  • 150 g de atún, bonito, melva o caballa en conserva.

Elaboración

1. Lavamos bien las patatas con agua para eliminar toda la posible tierra.
2. Cocemos las patatas, sin pelar, en abundante agua. Debemos esperar a que el agua llegue a su punto de ebullición para añadirlas. Si haces un corte perimetral en medio de la patata, es más fácil luego pelarlas. Esperamos a que la patata esté bien hecha, dependerá del grosor, pero tardará entre 20 y 30 minutos. Siempre puedes pincharla con un cuchillo y comprobar la resistencia, si la hoja sale sin oposición, estará en su punto.
3. Mientras, pelamos la cebolla y la cortamos en daditos lo más pequeño posible (petit brunoise). Si usamos cebolla normal la sumergimos en agua con hielo unos minutos para quitarle fuerza, después la escurrimos bien y la secamos con ayuda de papel de cocina.
4. Quitamos el agua de las patatas y dejamos que se atemperen, es importante que estén calientes cuando les quitamos la piel. Pero sin quemarnos los dedos.
5. Cortamos las papas en trozos, ni muy grandes ni muy pequeños, si lo prefieres puedes hacerlas en rodajas.
6. Añadimos la sal gruesa, el aceite de oliva y removemos bien. Si la patata está algo caliente la grasa vegetal facilitará la labor.
7. Por último agregamos la cebolla, el vinagre y el perejil bien picado.
8. Si sois amantes de los opcionales, añadimos antes del anterior punto.