No pocas veces me han preguntado por qué a la Ensaladilla rusa se le llama así y ya es hora de dejar la explicación por escrito. Sencillo: el origen es ruso, creado por el chef Lucien Olivier que regentaba un local moscovita llamado “Hermitage” a finales del siglo XIX; es por ello que también se le conoce a este plato como Ensalada Olivier, aunque nuestro peligro veraniego es una adaptación sencilla y humilde, pues en su configuración inicial se indican como necesarios más de «DOSCIENTOS» ingredientes, la mayoría asignados a la mayonesa que la configuraba como un todo, yo diría engrudo.
¿Qué ponerle a una ensaladilla rusa?
El gabacho se lió la manta a la cabeza y fijó en la composición inicial lengua, urogallo, caviar, faisán, langosta… (todos ellos auténticos desconocidos para los bolsillos humildes), también alcaparras, pepinillos, patata, huevos duros (éstos ya más familiares en las barras de nuestro garitos habituales). Tengo la sensación de que abrió la cámara y puso un poquito de todo. La receta se perdió como el templo de Salomón con el fallecimiento de este francés y su estirpe, normal teniendo en cuenta la memoria necesaria para recodar el listado sin fin, pero con tan «afortunada» pérdida, el ingenio nos ha permitido crear miles de variaciones (aunque en el camino se quedó la mostaza, un ingrediente que debería tener toda receta que quisiera homenajear a su progenitora génesis). Una buena amiga siempre me recuerda: ¿Has preparado ensaladilla rusa o a lo «George»?, porque pongo ingredientes a los que no está acostumbrada, pero querida amiga, si preparásemos la auténtica ensalada rusa es posible que ni el aspecto, ni el olor, ni el sabor se pudieran identificar con la veraniega ensalada que aguarda amenazante en la totalidad de los bares españoles.
Ni sus discípulos, entro los cuales se encontraba Iván Mijailovich Ivanov que sustrajo parte de la receta, fueron capaces de transmitir la fórmula primigenia, pero no así su fama que trascendió los Urales y se popularizó, también sus ingredientes llegando hasta España dónde se convirtió en una de las tapas más típicas en su versión más reducida, eso sí cambiando el 150% de los componentes.
Anéctodas de la ensaladilla rusa
Una de las anécdotas más interesantes de este plato soviético es su carácter estacional, no se trata de una ensalada para la canícula sino que se encuentra entre los platos que acompañan a los vecinos del Kremlim en sus cenas de Navidad. También es curioso que el general Franco no tenía gran simpatía por el régimen comunista que gobernaba la antigua U.R.S.S y ordenó rebautizar el nombre de la ensaladilla rusa por «Ensalada nacional», su postura no llegó muy lejos y como dictan las cartas y los menús, esta acción rápidamente cayo en desuso.
Ingredientes (para 8-10 personas):
- 500 g de patatas cocidas y peladas
- 100 g de zanahorias medianas cocidas
- 3 huevos duros
- 50 g de guisantes finos cocidos
- 50 g de pepinillos en vinagre
- 50 g de aceitunas sin hueso
- 50 g de atún en escabeche
- 25 g de cebolla dulce
- 10 g de alcaparras
- 200 g de mayonesa con un toque de ajo
- 5 g de mostaza de Dijón
- Sal y pimienta
Y todo aquello que os guste y os apetezca (palmitos, aguacate, maíz, pollo, carne de roast beef,… hasta 200 ingredientes tenéis espacio y bol).
Los ingredientes que necesitan preparación como la patata, la zanahoria, los huevos, guisantes,… se han de preparar con antelación y dejar enfriar. Es recomendable que la ensaladilla se prepare con antelación para que una vez mezclados los ingredientes se asiente el sabor. La intención de este post no es tanto dar una guía para hacer este plato, sino aportar un poco de historia, así que os dejo estas pautas y aquellos que deseéis algún consejo no dudéis en escribir que prometo contestar en breve.
Disfrutad camaradas de este plato y si os gusta la gastronomía rusa os invito a que disfrutéis de un «Solomillo Strogonoff» de segundo, os dejo la receta aquí. También el primer post de este blog fue una ensaladilla de patatas (moradas), os dejo la receta aquí.
!Vashe zdorovie! o ¡Na zdorovie!
P.D.: Dedicado este artículo a Mamen, con cariño. Una mujer luchadora, emprendedora y ejemplo a seguir de pasión por la cocina.
Mmmmm, se me hace la boca agua. La verdad es que es un recurso muuuy socorrido en estos días de intenso calor, y a veces hasta un bocado gourmet con el que llenar nuestras tarteras para alegrarnos un poquito la vida en la jornada laboral.
Bueno y ahora me acuerdo que también era un entrante estrella en casa de mi abuela el día de año nuevo!!!!
Gracias por descubrirnos el olrigen de esta deliciosa tapa!!!
Tienes una racción esperando en casa koketo, no lo dudes. No será como la de la abuela pero seguro que disfrutas. Besos.
Hola «Camarada» «Koketoff», he disfrutado mucho con las anécdotas sobre la ensaladilla rusa y, como tú bien dices, creo que el añadido de la mostaza le daría un toque muy especial a la misma (y más si es la de Dijon). Con tantas diferencias de ingredientes entre unas ensaladillas y otras creo que se ha resuelto el origen de las matriuskas rusas: representan todas las variedades de forma escalonada, desde la mini-ensaladilla (la de nuestros bares patrios) hasta la maxi de Olivier, ja, ja.
Gran aportación y simil con estas típicas muñecas, lo cierto es que nos quedamos con la versión más reducida (el mínimo común múltiplo), pero yo soy fan de nuestra revisión.
Como siempre muchas gracias por tu aportación.
Un afectuoso saludo.