En 1984 venía de Segovia de contemplar la ceremonia de corte y preparación del cochinillo, plagada de divertidas anécdotas y bastos gestos que no por grotescos dejan de ser parte de la cultura gastronómica de nuestro país y orgullosos mostrábamos (y seguimos haciendo) a extranjeros y no tan lejanos turistas cosmopolitas, no os enojéis es también mi caso (os dejo aquí la anécdotas que rodean el plato [cochinillo asado]), con la digestión severa encendí la televisión con el mando analógico a distancia (zapatilla en mano) y no me hizo falta buscar mucho, ya que canales por entonces sólo había dos, para disfrutar de una de las series que mayor impronta me ha dejado: «shōgun«, en la escena, la bella Mariko participaba de la ceremonia del Té «cha-no-yu«, un momento de profunda armonía, en el que se respiraba respeto y pureza, todo en un silencio que hacía eterno aquel instante, de beldad intrínseca que no puede evitar comparar con el desmembramiento con vajilla presenciado el mismo día. Sonreí y seguí disfrutando de esa manifestación significativa de la historia y la cultura japonesa tradicional, eso sí, aunque mi postura era algo ZEN pues el sofá «cariñosón» me engullía, la asimilación del lechón no fue muy budista.
El verdadero protagonista es el té verde Matcha
Creo entender, y que me corrijan, que el único invitado en esta preparación es el té. Es el único protagonista que se deja hacer, no sólo el maestro debe saber los minuciosos movimientos para la preparación, los tiempos, las temperaturas, los utensilios o la colocación, aquellos a los que se les ofrece la infusión, también han de conocer el proceso, así que este rito queda para personas versadas. Y no digo con esto que cortar un puerco con un plato sea fácil, no será la primera vez que casco la loza en un intento de emular a Cándido para júbilo de todos los presentes.
La primera mala experienca con el té verde Matcha
Pasaron lustros antes de poder probar esta variedad de té, y he de reconocer que la primera ocasión no me emocionó, uno de los primeros restaurantes nipones que decidieron instaurarse en mi ciudad servía pescado crudo, sopas sin grasas y todo ello en un ambiente en el cual hasta Baco se sentía incómodo. Todos esos sabores iban frontalmente contra los principios culinarios que mi progenitora astur me había inculcado (platos tan calientes como el volcán donde Frodo tiró el anillo, si me hubiera llamado se hubiera ahorrado tanto viaje, sopas cuya capa de grasa evitarían el hundimiento del Titanic, y cocciones prolongadas que permiten leer los Pilares de la Tierra mientras terminan el proceso… mi madre me perdonará estos comentarios, sabe que me encanta su comida). Pero al margen de que la situación no era la ideal, excepto por la compañía, no me gustó porque no era de buena calidad y sobre todo porque habían hervido el agua consiguiendo un fuerte amargor, algo similar a lo que ocurre en todos las variedades de té verde cuando se infusionan más de tres minutos (Tomad nota de que la temperatura del té Matcha núnca debe sobrepasar los 80º, es muy importante). El tiempo y la calidad lo curan todo, años más tardes, con un paladar diferente y juguetón, la experiencia UMAMI del sol naciente me convirtió en un asiduo a este tipo de comida, y descubrí que Baco sí estaba presente, pues el vino aunque de arroz, es vino al fin y al cabo.
La calidad tiene precio, TE lo prometo
La ceremonia del té fue creada en 1570 por un maestro Zen, cada útil tiene su significado, movimiento está plagado de filosofía que exige de una vida para su aprendizaje, así lo dicen lo afirman los conocedores, está claro que yo no tengo la edad, el conocimiento, ni la experiencia para atreverme con este rito, simplemente os haré partícipes de mi escaso saber y de cómo lo preparo yo:
El té verde Matcha contiene el triple de teína que el resto de sus familiares, ya que es polvo de hojas y la concentración es mucho mayor. Esto implica que aquellas personas que sufran de insomnio o dificultad a la hora de visitar el mundo onírico deben eligir muy bien el momento de su ingesta, pero también contiene teanina que ayuda a relajar, así que el efecto en cada persona es un abanico de posibilidad.
El té verde Matcha es caro si no lo contextualizamos y si compras uno barato no será bueno o un sucedáneo: «Mancha» o «Mata». La razón de su precio es sencilla: Sólo se realiza con las hojas de Té que quedan a la sombra, se tarda una hora en moler para obtener tan sólo 30 gramos, la variedad es «tencha» autóctona de las montañas brumosas de Japón y su cultivo responde a costumbres milenarias.
Elaboración de Té verde Matcha
Hay dos tipos de elaboración, una ligera llamada Usucha y otra más fuerte llama Koicha. La gran diferencia es la cantidad de polvo utilizado, en el primero es menor y los movimientos para disolver son fuertes y describiendo una forma de «W» hasta formar espuma y burbujas, mientras que el segundo la porción es el doble y el movimiento es circular y suave describiendo una «O», consiguiendo una bebida sin espuma.
Calienta agua a una temperatura aproximada de 75 a 80º, no pretendo ser purista pero recuerda que no debe hervir en ningún caso. Te aconsejo utilizar un tazón de cerámica. Vierte parte del agua sobre la loza para calentarla y desechala, procediendo a secar el recipiente.
Pon en el fondo del recipiente dos cucharadas de polvo si vas a preparar Usucha y cuatro si es Koicha y vierte una pequeña porción de agua caliente en la taza que te permita disolver el té mediante el movimiento con la ayuda de un batidor de Bambú de 15″ a 30″ (unas varillas pequeñas servirán o en el peor de los casos una cucharilla).
Sirve en el cuenco de té pero no se llena hasta arriba, sólo se cubre el té con unos dos dedos de agua, beberlo inmediatamente después de que termines de prepararlo.
P.D.: El artículo habla del té verde utilizado en las ceremonias niponas, pero el origen del té molido está en China, aunque su uso ha ido desapareciendo.
Me he divertido un montón con tu post, ¡menudo contraste la experiencia del cochinillo con la bucólica escena del té de Shogun, ja, ja!. Me gustaría saber cuántos platos rompiste y qué te dijo tu madre… si es que tu madre se llegó a enterar de los intentos frustrados de emular a Cándido…
Muy interesante toda la historia que hay detrás del té matcha, ahora cuando lo vea en las teterías lo valoraré más. ¡Gracias y feliz reentrada!
Pues no sé si han sido dos o tres, pero esto ya se ha producido en mi faceta de profesional,si mi madre me ve cortando un cochinillo con uno de los platos de su loza, el puerco te aseguro que hubiera recibido mejor trato que mi persona. Un beso y gracias por tu comentario. Ten un gran día.
Desde luego que preparar el té de esa manera es toda una ceremonia!…Me ha encantado el post y sobretodo la forma de contarlo…me ha provocado los mismo efecto que este té: ha sido muy energizante leer los comentarios jocosos sobre la comida en tus tiempos de infancia y a la vez ha sido muy relajante imaginar cada uno de los pasos a seguir para preparar, como es debido, el té matcha. Enhorabuena koketo!! Besos 😀
En nombre del Señor feudal Toranaga y en el mío propio te doy las gracias por tu motivador comentario, mil gracias eres un sol (como el naciente). Nos vemos pronto.